LA BATALLA DE QADESH
En el año 5, al quinto día del noveno mes de verano. El faraón Ramsés II abandona Pi-Rameses para dirigirse a Canaán. Le siguen cuatro divisiones del ejército, bautizadas con los nombres de los dioses titulares; Amón, Re, Ptah y Set.
El soberano llega a una de sus colonias, Ramsés-Meriamón, situada en el Valle de los pinos, y se desplaza hasta Qadesh o bien a través del litoral, o bien atravesando la llanura de Bekaa.
Tras detenerse en la región montañosa al sur de Qadesh, el rey avanza en dirección al norte, hacia la ciudad de Shabtuna, al sur de la cual se encuentra un cruce sobre el Orontes.
Dos shasu (beduinos) acuden al encuentro de Ramsés para anunciarle que sus tribus, que hasta ese momento estaban sometidas a los hititas, se disponen a jurar obediencia al faraón. También le comunican que el ejército hitita se encuentra en los alrededores de Alep, al norte, aunque bastante alejada.
Estos beduinos eran unos espías enviados por Muwatalli para controlar las posiciones de los egipcios e impedir que el faraón preparara sus tropas. Ramsés cae en la trampa, atraviesa el Orontes y se instala, junto con la división de Amón, al noroeste de Qadesh. La división de Re se dispone a atravesar el cruce de Shabtuna, y las divisiones de Ptah y Set se encuentran más al sur.
En ese momento, dos espías hititas capturados confiesan, entre golpes, que el ejército hitita está muy próximo, escondido tras la plaza fuerte y preparada para el combate. Se envían mensajeros a la retaguardia para que la división de Ptah se apresure.
La división de Amón, ocupada en instalar el campamento, no está lista en el momento en que una sección de carros hititas surge y dispersa a la división de Re en el cruce de Shabtuna.
Ramsés se viste con sus ropas de combate, monta en su carro, al que han enganchado sus caballos preferidos, y se lanza a la batalla, confiando en su dios Amón y lanzando su grito de guerra, peleando y sembrando el pánico entre sus enemigos.
En ese momento, aparecen de improviso los nearinos, un destacamento egipcio acampado en Amurru, Ayudados por algunos soldados egipcios, llegan en ayuda del faraón.
A la mañana siguiente, el ejército egipcio, cansado aunque agrupado, está dispuesto al asalto. Sin embargo el rey hitita propone un armisticio a Ramsés. El estado mayor aconseja al faraón que acepte la oferta. El ejército puede volver a Egipto sin dificultades.
En cuanto Ramsés da media vuelta, Mutawalli destituye a Benteshina y retoma el control de Amurru.
2 comentarios :
ME PARECE MUY INTERESANTE
Yazwu, muchas gracias, un beso.
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