KAWAFIS
A nuestro amarillento Egipto
Abrasa y hiere el sol
Con sus dardos repletos de amargura y obstinación
Nuestro dulce Egipto
En alegre fiesta
Se emborracha, se olvida, se engalana y goza
Despreciando la tiranía del Sol.
Nacido en Alejandría de familia griega, el poeta Konstadinos Kawafis (1863-1933) pasó su vida en esta ciudad egipcia, excepto algunos períodos en que los acontecimientos políticos le obligaron a refugiarse en Francia, Inglaterra y Estambul.
Parte de su obra literaria vio la luz a través de los periódicos, mientras otros poemas se conservaron gracias a los manuscritos guardados en el escritorio del autor y también algunos fueron destruidos por él mismo al cabo de los años. El conjunto no fue publicado en forma de libro hasta después de su muerte.
Kawafis se mantuvo al margen de las polémicas que enfrentaban a los creadores griegos de su época y empleó un estilo muy personal. Su poesía trata de llenar el vacío interior del poeta, quien se aísla del conflictivo mundo que lo rodea. Expresa su decepción de una forma parecida a como lo haría Camus o Sartre.
En la obra de Kawafis abundan los temas históricos de la época clásica; Grecia, Roma, Bizancio y, en menor medida, el propio Egipto faraónico. También escribió numerosos poemas de amor, en los que refleja de un modo bastante claro su condición homosexual.
Lluís Llach utilizó, en un disco, un poema de Kawafis dedicado al periplo de Ulises:
Cuando emprendas tu viaje a Ítaca lleno de aventuras, lleno de experiencias,
No temas a los lestrigones ni a los ciclopes, o al colérico Poseidón,
Seres tales jamás hallarás en tu camino
Si tu pensar es elevado, si selecta es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes ni al salvaje Poseidón encontrarás
Si no los llevas dentro de tu alma, si no los yergue tu alma ante ti.
2 comentarios :
Y es que hubo un tiempo en que había griegos y judíos por toda la cuenca del Mediterráneo, así como alemanes en el Volga e italianos en los Balcanes. A lo mejor no hemos avanzado tanto como creemos.
Saturnino siempre ha habido y habrá de todo por todo. Un beso
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