LOS SAQUEADORES DE BENI SUEF
En febrero de 1973 estalló un escándalo; una banda de ladrones había saqueado más de 5.000 tumbas egipcias. El asunto empezó unos siete meses antes.
Un joven empleado de la fábrica de algodón situada cerca de la localidad de Beni Suef, a 120 kilómetros al sur de El Cairo, descubrió cuando paseaba, una tumba antigua. Contenía algunos objetos, amuletos y otras cosas, que el joven se apresuró a coger.
De vuelta a su casa, el obrero se puso a elaborar un plan. Había oído decir que los antiguos egipcios agrupaban sus sepulturas.
A partir del día siguiente, después de su trabajo, se dirigía de nuevo junto a la primera tumba y se ponía a cavar. Cada día equipado de una pala y un azadón cavaba. En algunas semanas, toda una serie de sepulturas fueron descubiertas. La tierra parecía interminable.
El obrero era consciente que él solo no podría cavar todo, así que decidió compartir su secreto con algunos de sus compañeros. Al día siguiente, un grupo de obreros tomaban el camino de Zebel-Abu-Seir, con sus palas a la espalda.
Cada día, los saqueadores transportaban a sus casas sacos llenos de tesoros. Cuanto más cavaban, más tumbas descubrían. Tanto había que los obreros decidieron dejar sus empleos para dedicarse exclusivamente a las excavaciones.
Temiendo ser descubiertos por la policía, los ladrones instalaron alrededor de la zona puntos de vigilancia. Tanta magnitud tenía la obra que tuvieron que reclutar mano de obra. Cada uno de ellos contrataba a sus parientes o amigos, prometiendo que guardarían el secreto. Llegó un momento que todo el que llegaba era contratado.
Poco a poco, los obreros fueron abandonando sus casas e instalándose en casas de piedra. Algunos compraron mobiliario, electrodomésticos, coches. La localidad de Beni Suef tomaba un impulso imprevisto.
Nadie parecía sorprenderse ante este cambio. Los pocos agentes de la policía fueron asociados a los beneficios. Todo el pueblo estaba vinculado de cerca o de lejos. Todos trabajaban unidos por la misma sed de oro.
Cada buscador guardaba para él lo que encontraba, así que todos trabajaban con pasión. Hombres, mujeres y niños cavaban la tierra. Se inició una loca carrera por el tesoro, cada uno intentaba sobrepasar al vecino.
A principios de febrero de 1973, dos obreros encontraron una momia de faraón. Este descubrimiento provocó peleas entre los saqueadores. Conscientes del valor de la momia, algunos quisieron obligar a los dos hombres a repartir el botín con todos los demás.
El “sindicato” de los saqueadores decidió excluir a los dos obreros. Los dos hombres, firmes en su derecho, planearon recuperar la momia, costase lo que costase. La tarde siguiente al caer la tarde, se internaron en el campo, para recuperar la momia. Fueron descubiertos y se escucharon algunos disparos, muchos hombres fueron heridos. Esta vez la policía se vio obligada a intervenir.
Poco después, los responsables de las excavaciones oficiales pusieron vigilantes alrededor del lugar. Importantes fuerzas de policía cayeron sobre el pueblo de Beni Suef.
Después de innumerables interrogatorios, los principales ladrones fueron desenmascarados y arrestados. En casa de uno de ellos se descubrió, dentro de una enorme jarra enterrada bajo el suelo del patio, una suma importante de dinero; un millón de libras esterlinas. Era el jefe del
“sindicato”.
2 comentarios :
Terrible y escalofriante. Hundiendo su propio futuro y lo que es peor el de generaciones futuras por saquear algo qué es de todos y que sólo los profesionales deben hacerlo. No conocía esta historia, muy bien para darla a conocer y evitar que se repita (aunque la realidad siempre supera a la ficción). Un saludo!!
Chema parece que eso de los saqueadores de tumbas forma parte de un pasado lejano, y vemos que estos "bandidos" no hace tantos años que actuaron. Un beso.
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