MIL GRACIAS
Sé que no te gusta que te diga estas “cosas”, lo siento, no puedo evitarlo, así que una vez más tengo que darte las gracias.
Es la única forma en que puedo decírtelo, porque ya sabes mi problema con las despedidas, soy incapaz de articular palabra ya que si hablo me convierto en “la muñeca llorona” y sé que eso no te gusta.
Gracias por estar pendiente de mí, por querer conocerme cada día un poco más, por tu sentido del humor, por cómo me miras, por gustarte mi cara de susto ya sabes cuándo, por tu respeto, por hacer que a tu lado me sienta la mejor, por dejar que te acaricie durante horas, por tu complicidad … Creo que voy a parar porque te tengo que dar las gracias por tanto que no acabaría nunca.
Ves, ahora ya sabes porque te digo siempre que no eres “normal”.
Esta vez no ha salido “la muñeca llorona”, por lo menos delante de ti, así que por una vez te has salvado, no puedo prometer que la próxima sea igual.
Desde el momento del último beso, el beso de despedida, te eche de menos, y cuando caminaba con mi maleta no quise volver la vista atrás, porque sabía que si me giraba a mirarte, volvería para despedirme otra vez de ti.
Es la única forma en que puedo decírtelo, porque ya sabes mi problema con las despedidas, soy incapaz de articular palabra ya que si hablo me convierto en “la muñeca llorona” y sé que eso no te gusta.
Gracias por estar pendiente de mí, por querer conocerme cada día un poco más, por tu sentido del humor, por cómo me miras, por gustarte mi cara de susto ya sabes cuándo, por tu respeto, por hacer que a tu lado me sienta la mejor, por dejar que te acaricie durante horas, por tu complicidad … Creo que voy a parar porque te tengo que dar las gracias por tanto que no acabaría nunca.
Ves, ahora ya sabes porque te digo siempre que no eres “normal”.
Esta vez no ha salido “la muñeca llorona”, por lo menos delante de ti, así que por una vez te has salvado, no puedo prometer que la próxima sea igual.
Desde el momento del último beso, el beso de despedida, te eche de menos, y cuando caminaba con mi maleta no quise volver la vista atrás, porque sabía que si me giraba a mirarte, volvería para despedirme otra vez de ti.
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