REMEDIOS CASEROS DE BELLEZA EN EL ANTIGUO EGIPTO

Las canas las cubrían con henna, la sangre de una vaca hervida y mezclada con aceite, o con la grasa de una serpiente negra, estos remedios hacían recuperar el color negro al cabello canoso.

Si el cabello estaba sin brillo y áspero, cogían las yemas de los huevos de un cuervo negro, se aplicaban directamente, se dejaban dos minutos y lo lavaban.

Si los cabellos estaban débiles, tomaban la pata de un galgo hembra, el hueso de un dátil, la pezuña de un burro, se hervía todo en abundante aceite, se dejaba enfriar y se aplicaba durante varias semanas.

Para la alopecia la solución era una loción aceitosa a partir de aceite de alholva, o bien, con aceite de ricino y meliloto, o con mezclas de mirto, tamarindo y trementina.

Para reafirmar la piel mezclaban natrón rojo, sal del norte y miel.
Contra las arrugas, agua de Kebu, polvo de calcita, goma, se hacía una bola y se empapaba en leche de mujer.

Si el problema era la halitosis tomaban pastillas de kifi que estaban hechas de semillas de alholva molidas, mezcladas con incienso, mirra, bayas de enebro, resina de acacia, pasas y miel.

A la hora de depilarse utilizaban; sangre de animales, conchas de tortuga, gusanos, o la grasa de hipopótamo.
Lo más habitual era una sustancia similar a la cera que se conseguía de dos formas; la mezcla de azúcar, agua y limón, o la mezcla de aceite y miel.