ANATOMÍA DE UN ELEFANTE
El cerebro del elefante pesa 5 kg y es el más grande de
todos los animales terrestres. El cerebro, como los humanos y los delfines,
tiene una corteza cerebral muy desarrollada.
Los elefantes no ven bien a más de 20 metros de distancia. Tampoco
tienen conductos para drenar las lágrimas, así que les ruedan por las mejillas.
Las grandes orejas en forma de ala sirven para refrescarse y
hacer señales. Las de los africanos son hasta tres veces más grandes que las de
los asiáticos.
La trompa tiene 100 000 músculos reunidos en seis grupos
principales. La usan como mano, nariz, recipiente para el agua y arma para
defenderse.
Los elefantes tienen un metabolismo poco eficiente que no
digiere bien la celulosa. Por eso tienen que comer entre 100 y 200 kg de
plantas cada día.
Aunque parece que no tienen pelo, no es así. Está repartido
por todo el cuerpo, especialmente en la cabeza y la espalda. El pelo de la cola
puede llegar a medir 1 metro de largo.
La piel de los elefantes tiene 2,5 cm de grosor en la
espalda, patas y trompa, pero es muy delicada y por eso se cubren de barro con
frecuencia para protegerse del sol.
Los huesos de las patas son muy gruesos y tienen plantas
anchas para repartir el peso. Aún así, la presión que soportan es 3,5 veces más
que la que soportan los humanos.
La cola de los elefantes les sirve para ahuyentar las
moscas, ya que pueden llegar a producir 75 kg de excrementos cada día.
Sus colmillos, aunque son muy útiles para excavar, arrancar
la corteza de los árboles y pelear, el marfil que los compone es el motivo por
el que los elefantes corren más peligro.
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