CARTA DE PEPI II A HERJUF
En el segundo año de su reinado, que duró noventa y cuatro
años, o sea que era un niño, Pepi II, encargó escribir al jefe de su expedición
a Nubia, Herjuf. El motivo era que después de más de cien años, por fin se
llevara a Egipto un pigmeo del centro de África, no solo para bailar durante
las ceremonias religiosas, sino para que alegre la corte real.
Impaciente, apremia a Herjuf a que se apresure. Una gran
recompensa espera al funcionario que lleno de alegría por una carta tan
personal del rey, hizo incluir el texto en la inscripción biográfica de su
tumba en Asuán.
La carta dice así:
“Orden del rey al excelente amigo, sacerdote lector del rey,
jefe de intérpretes, Herjuf.
He sabido por esta tu carta, que has escrito al rey, a
palacio, para hacernos saber que has descendido felizmente desde el país de Iam
(en Nubia) con el ejército que te acompaña. En esta tu carta has dicho que has
llevado contigo todos los grandes y buenos dones que Hathor, la Señora de Imau,
ha concedido al Ka del rey del Alto y el Bajo Egipto Neferkare (Pepi II), el
cual viva eternamente.
Has dicho en esta tu carta que has traído a un enano de la
danza divina del país de los habitantes del horizonte, similar al enano que el
portador del sello de dios Bawerdjed trajo del Punt en la época del rey Isesi. Ven
inmediatamente, pues, aguas abajo, a la corte. Deja todo como está y trae
contigo a ese enano que has cogido vivo, sano y salvo en el país de los
habitantes del horizonte, para las danzas del dios, a fin de alegrar y
regocijar el corazón del rey del Alto y el Bajo Egipto, Neferkare, el cual viva
eternamente.
Cuando él monte contigo en el barco, nombra a personas de
confianza para que estén detrás suyo a ambos lados del barco y vigilen que no
caiga al agua. Cuando duerma en la noche, nombra a personas de confianza para
que duerman con él en la tienda. Inspecciona diez veces por la noche. Mi Majestad
desea ver a ese enano más que los dones del Sinaí y del Punt. Cuando llegues a
la corte, si ese enano está vivo, sano y salvo contigo, Mi Majestad te
concederá más favores que los que recibió el portador del sello del dios Bawerdjed,
en la época del rey Isesi, a causa del deseo ardiente de Mi Majestad de ver a
este enano".
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