28 de diciembre de 2019

CARTA DE PEPI II A HERJUF


En el segundo año de su reinado, que duró noventa y cuatro años, o sea que era un niño, Pepi II, encargó escribir al jefe de su expedición a Nubia, Herjuf. El motivo era que después de más de cien años, por fin se llevara a Egipto un pigmeo del centro de África, no solo para bailar durante las ceremonias religiosas, sino para que alegre la corte real.

Impaciente, apremia a Herjuf a que se apresure. Una gran recompensa espera al funcionario que lleno de alegría por una carta tan personal del rey, hizo incluir el texto en la inscripción biográfica de su tumba en Asuán.

La carta dice así:

“Orden del rey al excelente amigo, sacerdote lector del rey, jefe de intérpretes, Herjuf.

He sabido por esta tu carta, que has escrito al rey, a palacio, para hacernos saber que has descendido felizmente desde el país de Iam (en Nubia) con el ejército que te acompaña. En esta tu carta has dicho que has llevado contigo todos los grandes y buenos dones que Hathor, la Señora de Imau, ha concedido al Ka del rey del Alto y el Bajo Egipto Neferkare (Pepi II), el cual viva eternamente.

Has dicho en esta tu carta que has traído a un enano de la danza divina del país de los habitantes del horizonte, similar al enano que el portador del sello de dios Bawerdjed trajo del Punt en la época del rey Isesi. Ven inmediatamente, pues, aguas abajo, a la corte. Deja todo como está y trae contigo a ese enano que has cogido vivo, sano y salvo en el país de los habitantes del horizonte, para las danzas del dios, a fin de alegrar y regocijar el corazón del rey del Alto y el Bajo Egipto, Neferkare, el cual viva eternamente.

Cuando él monte contigo en el barco, nombra a personas de confianza para que estén detrás suyo a ambos lados del barco y vigilen que no caiga al agua. Cuando duerma en la noche, nombra a personas de confianza para que duerman con él en la tienda. Inspecciona diez veces por la noche. Mi Majestad desea ver a ese enano más que los dones del Sinaí y del Punt. Cuando llegues a la corte, si ese enano está vivo, sano y salvo contigo, Mi Majestad te concederá más favores que los que recibió el portador del sello del dios Bawerdjed, en la época del rey Isesi, a causa del deseo ardiente de Mi Majestad de ver a este enano".

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