ASTROS Y MEDICINA
En las antiguas doctrinas astrológicas, cada una de las
partes del cuerpo se encuentra bajo el mando de un astro determinado. Saturno
manda en la vejiga, los huesos y el bazo; Júpiter, la bilis, los riñones, las
venas y los órganos sexuales; Venus, el útero, los senos, los conductos
espermáticos, las ijadas y las nalgas; Mercurio, la memoria, la imaginación, el
cerebro y todo lo mental, también las manos, los pies, las piernas y la bilis;
el Sol, el cerebro, los nervios, la orina, el ojo derecho del hombre y el
izquierdo de la mujer, los nervios ópticos; la Luna, la boca, el cerebro, el
vientre, los intestinos, los órganos de reproducción, el ojo izquierdo del
hombre y el derecho de la mujer, el hígado femenino y el lado izquierdo del
cuerpo.
Con estos conceptos astrológicos y astronómicos, las
sanaciones de cualquier parte del cuerpo se debían aplicar en el momento
adecuado. Por ejemplo se necesitaba tener sumergidos los pies en agua fría para
poder sacar una espina de pescado de la garganta, o se debía arrojar vinagre
sobre la bisagra de una puerta para curar un dolor de cabeza.
Se asociaban los signos del zodiaco a una función específica
del cuerpo. Lo que acontecía en el cielo y la posición de un planeta en un
signo se reflejaba en el bienestar físico y mental de las personas. Los
padecimientos del paciente se diagnosticaban según su signo de nacimiento.
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