7 de mayo de 2019

ASTROS Y MEDICINA



En las antiguas doctrinas astrológicas, cada una de las partes del cuerpo se encuentra bajo el mando de un astro determinado. Saturno manda en la vejiga, los huesos y el bazo; Júpiter, la bilis, los riñones, las venas y los órganos sexuales; Venus, el útero, los senos, los conductos espermáticos, las ijadas y las nalgas; Mercurio, la memoria, la imaginación, el cerebro y todo lo mental, también las manos, los pies, las piernas y la bilis; el Sol, el cerebro, los nervios, la orina, el ojo derecho del hombre y el izquierdo de la mujer, los nervios ópticos; la Luna, la boca, el cerebro, el vientre, los intestinos, los órganos de reproducción, el ojo izquierdo del hombre y el derecho de la mujer, el hígado femenino y el lado izquierdo del cuerpo.

Con estos conceptos astrológicos y astronómicos, las sanaciones de cualquier parte del cuerpo se debían aplicar en el momento adecuado. Por ejemplo se necesitaba tener sumergidos los pies en agua fría para poder sacar una espina de pescado de la garganta, o se debía arrojar vinagre sobre la bisagra de una puerta para curar un dolor de cabeza.

Se asociaban los signos del zodiaco a una función específica del cuerpo. Lo que acontecía en el cielo y la posición de un planeta en un signo se reflejaba en el bienestar físico y mental de las personas. Los padecimientos del paciente se diagnosticaban según su signo de nacimiento.

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