27 de diciembre de 2018

NIÑOS DE GIRAR EN LA COCINA MEDIEVAL BRITÁNICA



De todos los trabajos ingratos y extenuantes de la cocina medieval británica, el peor con diferencia era el de la persona encargada de hacer girar los espetones, casi siempre eran niños.

Durante el reinado de Enrique VIII, el palacio del rey contaba con batallones de “niños de girar”, como se los conocía, que se quemaban la cara y se cansaban los brazos para contentar al rey con capones, patos, carne de venado y de ternera. Vivían en cuchitriles junto al fuego, medio asados de calor.

También se contrataba a niños de girar en residencias menos importantes. En 1666, los abogados londinenses del Middle Temple tenían contratado a uno, más dos pinches, un cocinero jefe y un segundo de cocina.

En el siglo XVIII, el de niño de girar estaba considerado un trabajo apropiado para un niño. John Macdonald (1741-1796), nacido en las Highlands escocesas, fue un famoso lacayo que escribió unas memorias sobre sus experiencias estando de servicio. Macdonald, un huérfano que había sido despedido de su anterior empleo como mecedor de cunas, encontró trabajo en la residencia de un caballero como niño de girar. Tenía tan solo cinco años.

Durante los siglos XVI y XVII, en Inglaterra, su trabajo empezó a ser desempeñado por animales, concretamente por perros. Estos perros estaban cruzados para tener patas cortas y cuerpo largo, y se les introducía en una rueda de unos 69 cm de diámetro, colgada de una pared cercana al fuego y conectada al espetón mediante una polea, donde se veían obligados a correr y correr. Algunos cocineros utilizaban gansos en lugar de perros.

Desde el siglo XVI en adelante, la mecanización acabó con la práctica de utilizar niños, perros o gansos, para girar los espetones.

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