21 de junio de 2015

LOS HUESOS DE GIACOMO LEOPARDI


El conde Giacomo Taldegardo Francesco di Sales Saverio Pietro Leopardi (1798-1837), fue un poeta, filósofo, filólogo y erudito italiano. Durante toda su vida fue una persona enfermiza, nació con la enfermedad de Pott, que le arqueó la espalda, sufrió una ceguera temporal, tenía asma... Eso hizo que fuera una persona pesimista, que durante años esperó ansioso su propia muerte, sólo para huir del tormento de la vida.

Leopardi murió en Nápoles, en 1837, durante una epidemia de cólera que arrasó la ciudad. Las leyes de la época obligaban a que los difuntos fueran enterrados en fosas comunes. Antonio Ranieri, amigo de Leopardi, aseguró que había salvado a Giacomo de la fosa común al enterrarlo en secreto en una gruta de la iglesia napolitana de San Vitale.

Sesenta años después, en 1900, la tumba de Leopardi se abrió. Sólo encontraron un fémur y unos cuantos huesos. Pasaron los años y en 1939, Benito Mussolini ordenó el traslado de los restos del poeta para colocarlos bajo el monolito levantado en el parque Virgiliano de Nápoles.

En el año 2004, Silvano Vicenti, guionista de televisión, pidió que se desenterraran los huesos y se analizasen, ya que quería demostrar que los restos no eran de Leopardi. Recogió firmas, pero no lo consiguió. El primero que se negó fue el conde Vanni, tataranieto del poeta. Lo más probable es que Giacomo Leopardi terminara en la fosa común, y su amigo mintió con lo del enterramiento secreto.

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