28 de junio de 2015

EL PANTEÓN REAL DE JAIME II DE MALLORCA


En 1300, Jaime II de Mallorca (1243-1311) ordenó la construcción de dos capillas reales. Una en la iglesia de San Juan de Perpiñan y la otra en la iglesia de Santa María de Mallorca, iglesia que pasado el tiempo se convirtió en la Catedral de Mallorca (La Seu).

El 29 de mayo de 1311, el rey murió en la “ciutat de Mallorques”, y como había dejado escrito en sus últimas voluntades, fue enterrado en la capilla de la Trinidad de lo que sería la catedral, que se estaba acabando de construir en esos momentos. Más tarde se colocó entre el presbiterio (el altar mayor en la capilla real), y el coro. Allí permaneció hasta la reforma de Antoni Gaudí (1852-1926).

El sarcófago real era un ataúd de madera, el cual estaba rodeado por cirios pintados con los escudos reales. Desde 1327, el ataúd estaba cubierto por un paño azul blasonado con el escudo de Jaime II. En el año 1389, se tuvo que hacer un ataúd nuevo, se trataba de una caja de madera de Valencia. En 1588, Felipe II ordenó que el paño se cambiase y fuese construida una barandilla de hierro.

En 1615, la comisión de la Junta del Real Patrimonio hizo una visita a la tumba del rey, y denunció que el paño que cubría la sepultura estaba en muy mal estado, así que volvieron a ordenar que hiciesen un nuevo paño. En 1620 se volvió a hacer un ataúd nuevo de madera, forrado con terciopelo negro, y adornos de clavos dorados. El problema era la facilidad que tenían los visitantes para destaparlo, ver los restos del rey, e incluso tocarlos.

En 1779, Carlos III ordenó que se construyera un sepulcro de piedra para conservar el cadáver. El 29 de octubre de 1780 fue colocado el nuevo panteón. Se mantuvo así hasta 1900, año en que Antoni Gaudí, comenzó la gran reforma de la catedral. El panteón de piedra fue trasladado al Museo Diocesano de Palma, y los restos de Jaime II regresaron a la capilla de la Trinidad, en un ataúd de madera, a la espera de ser trasladado a un nuevo sarcófago.

En 1905, el obispo Joan Campins (1859-1915), consiguió que los restos de Jaime III, que descansaban en Valencia desde el siglo XV, fuesen trasladados a la Catedral de Mallorca.

Gaudí, concibió la decoración de la capilla de la Trinidad, articulada a partir de dos nuevos sarcófagos reales. Su proyecto no se pudo hacer. Finalmente Gabriel Alomar Esteve (1910-1997) arquitecto, consiguió que el escultor Federico Marés, realizase dos sepulcros. En 1946, se colocaban en la capilla de la Trinidad. Ese mismo año, se trasladaron los restos mortales de Jaime II y Jaime III (1315-1349).

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