2 de enero de 2013

NIÑOS ESPARTANOS II


La educación estatal de los niños varones en Esparta, más tarde llamada “agoge”, empezaba a los ocho años. Igual que los hombres y soldados, también los niños era divididos en “tropas”, que eran unas clases que, bajo la dirección de un supervisor (eiren), comían, dormían y recibían la formación elemental en comunidad.

Esta formación consistía, entre otras muchas cosas, en correr descalzos o en torneos, decían que servía para fortalecer los cuerpos e inculcar la obediencia y la austeridad. También aprendía a leer y escribir, pero la educación intelectual estaba relegada a un segundo plano, lo primero era la educación física.

Los chicos eran adestrados desde muy temprano en instrucción cívica, con el objeto de que se familiarizaran con las virtudes de un buen ciudadano espartano. Entre esas virtudes era importante el modo de expresión abreviado, los muchachos debían aprender a dar respuestas breves y concisas.

Algunos castigos especiales, como un mordisco en el dedo pulgar del delincuente, dado por el supervisor, servían para disuadir de la vana palabrería.

La educación estaba dirigida por un funcionario del Estado, el legislador de muchachos (paidonomos), que era apoyado por jóvenes portadores de látigos (mastigophoroi).

Una vez que el chico superaba su educación elemental, a los 14 años ingresaba en una clase superior. En estas clases se ejercitaban los atributos y virtudes que se necesitaban para llevar una vida de soldado.

Para ello se sometían a pruebas muy duras, dormían sobre cañas, no llevaban abrigo, pruebas de resistencia y técnicas de combate en torneos y competiciones. El motivo de estas competiciones era estimular la ambición entre los jóvenes y crear espíritu competitivo.

Estos combates tenían lugar en un marco religioso, en general la formación de los chicos estaba vinculada al culto a los héroes y a los dioses.

A los muchachos se les permitía robar comida, sólo era castigados si habían sido tan tontos como para que los pillaran robando. Esto parece que eran una especie de juegos que suponían un buen entrenamiento para el oficio de soldado. Al mismo tiempo también expresaban un vínculo con el culto a los dioses. Estos juegos de robos tenían lugar en honor a Artemisa, la diosa de la caza.

A los dieciocho años los chicos ya habían pasado lo peor, si bien hasta los treinta seguían siendo una comunidad de hombres acuartelados.  Esto no lo alteraba ni una boda o fundar una familia.Durante estos años, los jóvenes tenían que poner en práctica los conocimientos adquiridos. A partir de entonces tenían que acreditarse como jefes de una tropa (eiren) o en la caza de ilotas (kryteia).

Hasta los treinta no adquirían el derecho de plena ciudadanía. Al pasar toda su juventud con otros de su misma edad y bajo vigilancia de hombres mayores, era muy común la pederastia. Ésta tenía como objetivo hacer que el “enamorado” se responsabilizara del desarrollo del muchacho amado.

A los treinta años los jóvenes dejaban de vivir y dormir con los de su misma edad y adquirían la plena ciudadanía con todos los derechos políticos. El servicio en el campo de batalla, las actividades y los cargos públicos, así como los banquetes de hombres ocupaban mucho tiempo en la vida del espartano adulto.

NIÑOS ESPARTANOS

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