TURMALINA
El nombre de turmalina proviene de la palabra singalesa “turmali”, que significa “mixto”. Posee una gran variedad de tonalidades y la rareza de que cada una de ellas es muy parecida a otra piedra preciosa existente. Muchas piedras preciosas de la Corona Rusa del siglo XVII se creía que eran rubíes y realmente son turmalinas.
La turmalina blanca es nacarada o marfileña, la verde es parecida a la esmeralda, la roja al rubí, la amarilla al topacio, la rosada a la rosa de Francia, la azul celeste al aguamarina, la azul al zafiro, etc. Se la emplea mucho en joyería por ser menos costosa y casi similar a las auténticas.
Conocida desde siempre, la turmalina ganó popularidad cuando los holandeses empezaron a importarla a principios del siglo XVII desde Sri Lanka.
Se utiliza como amuleto para mantener el bienestar general, evitando trastornos en la salud. También se utiliza para mejorar los cálculos renales, de los mareos en medios de transporte, etc.
Una característica rara de la turmalina es que tiene propiedades piroeléctricas, y puede ser cargada eléctricamente por calor, frío o simplemente con frotarla con las manos. Fue conocida en Europa con “aschentrekker” (extractor de cenizas). Los holandeses la utilizaban para sacar las cenizas de sus pipas.
La turmalina simboliza la pasión abrasadora y, por lo tanto, se la utiliza como amuleto para avivar el fuego de un amor que decae, para despertar una apasionada atracción en alguien a quien se desea conquistar, para romper la rutina matrimonial, y para vivir una excitante aventura pasional.
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