5 de junio de 2012

BOTONES


En la prehistoria ya se utilizaban botones, o algo parecido, que estaban fabricados de conchas de molusco talladas. Los griegos y los romanos los usaban para adornar sus túnicas y vestidos. Durante la Edad Media se fabricaban en cristal o en cuerno y era habitual verlos en las vestimentas de la gente de buena posición, llegando a ser a finales de la Edad Media signo de nobleza.

En 1350 los cruzados los trajeron a Europa, y fueron usados para fijar las estrechas mangas de los vestidos de las mujeres de clase alta, así evitaban coserlas cada día.

En la corte de Fernando III el Santo, y en la de su primo carnal San Luis IX de Francia, el botón era una joya más. En el siglo XV, en la corte de Enrique IV de Castilla, se comenzó a usar como adorno combinado con pasamanerías y puntillas.

Durante el siglo XVI se fabricaban botones de forma artesanal elaborados en oro, plata, piedras preciosas, etc. En esa época quien llevaba ropa con botonadura era signo de lujo. Los cosían formando una fila larga y uno al lado del otro.

En 1520, Francisco I de Francia, tenía una reunión con Enrique VII de Inglaterra y se vistió con un traje de terciopelo negro con más de 13.000 botones adornándolo. Enrique VII también lucía botones que estaban grabados con los mismos dibujos que sus anillos.

En el siglo XVII comenzaron a fabricarse forrados de tela y decorados con bordados. Los ponían en toda clase de prendas de vestir.

Sobre 1750 ya se utilizaban más por comodidad que por lujo. Los primeros europeos que llegaron a América utilizaban los botones como mercadear con las tribus.

A partir de 1930, se comenzaron a utilizar resinas sintéticas, eso facilitó que se pudieran fabricar de todas las formas, colores y tamaños posibles.

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