LANGOSTAS Y BOGAVANTES

Entre las especies más comunes de bogavante está el “Homarus vulgaris”. Es de color azul oscuro, casi negro, y presenta dos pinzas fuertes y peligrosas, que pueden llegar a cortar los dedos de una persona. De la cabeza salen dos antenas de color rojo.

La langosta (Palinurus vulgaris) es menos combativa que el bogavante y también se diferencian por su apariencia. De color pardo rojizo, no tiene pinzas y sus antenas son más gruesas y largas.

La cola de la langosta está formada por unas láminas superpuestas, que pueden actuar como una tijera si el crustáceo se arquea y es de gran tamaño, con bastante peligro para el pescador, que nunca puede cogerla por la extremidad posterior. Suelen alcanzar un tamaño mayor que los bogavantes y viven en aguas menos profundas, aunque siempre en zonas rocosas.

La langosta mora (Palinurus mauritanicus) es en las costas del Norte de África el sustituto de la langosta común, de la que se diferencia por tener un color más claro, entre rosada y verdosa. Vive a más de cien metros de profundidad.

La cigala del Mediterráneo se encuentra en fondos fangosos, entre los 200 y 400 metros de profundidad.

El sastre es un crustáceo clasificado entre las langostas y los cangrejos. Es de tamaño pequeño, no suele pasar de los diez centímetros de longitud. Hay dos especies que habitan en playas poco profundas, son el sastre negro, de coloración parda o verdosa, y el sastre común, que es el de aspecto más “atractivo”, con un cuerpo de color rojo vivo con líneas y manchas azules.