MAGIA HITITA

Las leyes hititas eran muy rigurosas con quienes practicaban la magia negra, los condenaban a muerte. Eso era algo que no impedía que muchas familias desesperadas, agotados todos los medios “normales” para curar a un ser querido, recurrieran a los magos.

Aseguraban que podían expulsar las enfermedades, recuperar las funciones corporales dañadas, expulsar toda clase de infortunios, como las malas relaciones familiares, espantar a los fantasmas, volver fértiles los campos, encontrar a desaparecidos, eliminar la pereza de los dioses, etc.

No se sabe que debió ocurrir para que se tomará esa drástica decisión de condenar a alguien a muerte por practicar la magia. Muchos historiadores apoyan la idea de que en Hatti se organizó una escuela de magia clandestina. En algún momento debió ser reconocida oficialmente, eso lo demuestran los manuales que se han encontrado, en los que se detallan infinidad de rituales mágicos.

Este es el ritual para expulsar los malos espíritus del palacio real:

Dan forma a un perrito de sebo y lo colocan en el umbral del edificio principal y dicen; “Eres el perro de la mesa de la mesa de la pareja real. Lo mismo que durante el día no permites entrar a hombres extraños en el patio, tampoco dejes entrar a la Cosa Mala durante la noche”.