2 de octubre de 2010

ES DRAC DE NA COCA (LEYENDA BALEAR)


El toque de ánimas en los campanarios de las iglesias, marcaba el final del día. Las calles quedaban vacías, la ciudad resguardada por el cerco de sus murallas, con las puertas atrancadas y provistas de sus centinelas.

Pero no todo era tranquilidad en la ciudad. Desde la Portella (muralla medieval), hasta el barrio de los judíos, la gente vivía atemorizada. Más de una noche, alguien en el interior de las casas permanecía despierto. Eran muy pocos los que lo habían visto, pero su testimonio fue suficiente para provocar el pánico a los vecinos.

Se decía que algunos niños habían desaparecido de sus cunas en las casas próximas a la Portella, cuya puerta se abría sobre el mar. El rumor se había propagado y ya se daba como seguro; por allí había un dragón, que salido de su mundo subterráneo, apresaba a sus víctimas al amparo de la noche.

Algunos que aseguraban haberlo visto lo describían así; enorme y recubierto de escamas, la cola serpenteante, reptando sobre sus cuatro patas y dispuesto a clavar sus dientes a la primera cosa viva que se pusiera delante.

Una noche llegó a la muralla de Ciutat Bartolomé Coach, gobernador de Alcudia, tocando al aldaba de la Portella y, después de intercambiar santo y seña con el centinela, el caballero clavó las espuelas a su caballo y se fue calle arriba hasta llegar a las caballerizas de su hospedaje.

Bajó del caballo, y a pié, se encaminó a casa de su prometida. Algo debió notar el caballero porque apresuró el paso y se volvió más de una vez, teniendo la sensación de que alguien le seguía.

Cuando llegó a la ventana en la que esperaba su prometida, y sin que se le pasase el miedo, sin poder evitar mirar a todos lados, vio con claridad unos ojos vidriosos que no paraban de mirarle.

Alejándose unos pasos de la ventana de la chica, comprobó que aquellos ojos eran los del dragón que le miraba fijamente. Volvió junto a la ventana, dejó la capa colgada, desenvainó la espada y dijo: es Drac! Avanzó calle abajo, ante el asombro de la muchacha.

El dragón abrió sus fauces y arremetió con furia contra el caballero. Pero éste esquivando el ataque, hundió la espada en el cuerpo del animal que, herido de muerte, soltó dos tremendos coletazos y quedó muerto sobre las piedras de la calle.

El valiente Coch al verlo muerto, lo llevó hasta la ventana de su enamorada ofreciéndoselo como trofeo le dijo: Vet açí es drac: es Drac de Na Coca (mira aquí el dragón: el dragón de Coca), feminizando su propio apellido y atribuyéndoselo a la que iba a ser su esposa.

El famosos drac, no era otra cosa que un cocodrilo cuya presencia en Mallorca no se explica, se piensa que pudo venir con algún barco procedente de Oriente y se debió instalar en las cloacas, donde se alimentó y creció.

Durante mucho tiempo permaneció embalsamado en un arcón de madera, en la casa de la familia Roselló-Miralles, descendientes del valiente Coch. Más tarde fue cedido al Múseo Diocesano.

Según parece la familia lo cedió ya que un día, la criada de la familia, se puso a curiosear la caja de madera, la abrió y del susto que se llevó cayó fulminada por un ataque al corazón.

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