ANIMALES CAMUFLADÍSIMOS

Los animales se camuflan por dos motivos, para cazar sin ser descubiertos por la presa y para protegerse y no ser vistos por el cazador. Muchas de las estrategias se basan en adquirir una coloración y forma que los confunde con el entorno, aunque en algunos casos también se pueden camuflar olores y texturas.

Los caprimúlgidos (chotacabras), estas aves suelen imitar troncos, suelos rocosos o arenosos para camuflarse de sus enemigos.

Las polillas y las mariposas son famosas por su capacidad de camuflarse sobre las cortezas de los árboles y parecer hojas de la vegetación. Los grillos también se esconden para evitar ser depredados por las aves. Algunos parecen hojas, otros ramas y otro rocas.

Los cangrejos son maestros en el arte del ocultamiento dependiendo de dónde viven, (en la playa, entre corales, en las rocas) pasan desapercibidos con facilidad.

Los pulpos, calamares y sepias cambian de color a una velocidad alucinante, adquiriendo el color exacto del fondo del mar.

El lenguado vive en los fondos arenosos del mar, y siempre están acostados por un lado, de manera aplanada, casi imperceptible a los ojos de los predadores. Su posición sobre un costado hizo que a lo largo de la evolución, uno de sus ojos migrara al costado expuesto.

El insecto palo es uno de los mayores expertos en esta técnica, se transforma en una rama.

Ciertas especies de araña que se parecen a las orquídeas. Se esconden bajo las hojas de la planta hasta que se abre una flor y entonces se colocan al lado. Su imitación es tan perfecta que parecen dos flores de la misma planta.

El dragón marino está cubierto de una piel parecida a las hojas de alga marina. Esto le ayuda a que parezca un trozo de alga.

La liebre tiene el pelaje color café rojizo durante el verano que lo confunde con los colores del campo. En otoño e invierno le crece un pelaje blanco que lo confunde con la nieve.