ANILLOS MÁGICOS II

Desde la antigüedad el poder talismánico de los anillos fue muy popular. Se cuenta que Dicaio, en el Plutus de Aristófanes, llevaba un anillo muy famoso llamado “Anillo de Samotracia”, de estas sortijas existían muchas en aquella época. Estaban hechas en oro engastado en hierro, eran anillos dotados de poder para vencer el mal, luchar contra el mal de ojo y proporcionar riqueza a su poseedor.

Cleopatra tenía una relación muy estrecha con los anillos, para ella eran sus máximos protectores, y en ellos se basó siempre su poder con los hombres. Se dice que, al ver a Marco Antonio y quedar perdidamente enamorada de él, Cleopatra tuvo un gesto reflejo, y acarició su anillo del amor y de la suerte, una hoja de muérdago engastada en una alianza de plata trenzada.

Elisabeth Taylor también tiene una relación muy estrecha con los anillos. Sus sortijas son siempre de piedras preciosas y posee una para cada ocasión. Para sus estrenos teatrales siempre se ha puesto un anillo de esmeraldas y diamantes, engarzados en forma de corazón. Para filmar una escena que teme, luce un anillo de rubíes y diamantes, engarzados en forma de flor, el centro es un diamante, y los pétalos rubíes. También tiene un anillo que la protege de los desengaños amorosos. Son tres alianzas, una de oro amarillo, otra de oro blanco, y la otra de oro rojo.

También existen leyendas en el mundo rural con respecto a los anillos. En Escocia, cuando se ordeña por primera vez una vaca después de que haya parido, se vierten tres chorros de leche de cada pezón, haciéndolos pasar por el centro de un anillo de plata, con lo que se asegura que la vaca va a seguir fecunda y tendrá siempre mucha leche. Se dice que si se olvida este rito, la vaca da poca leche y sus ubres se secan para siempre.

Otra leyenda de Estonia, asegura que, si el granjero encargado de la siembra lleva un anillo de oro o plata y zapatos en lugar de alpargatas, sus productos estarán protegidos de la mala acción de cualquier individuo pueda o quiera hacer sobre su cosecha.