EL ARTE ISLÁMICO EN EGIPTO
Ni la pintura figurativa ni la escultura están presentes en el arte islámico egipcio, debido a que según el Corán se debe evitar reproducir formas humanas o animales.
Así que este arte se reduce a la arquitectura, en un sentido amplio de la palabra, incluyendo la decoración interior y exterior de los edificios por diferentes métodos.
La arquitectura islámica se introdujo en Egipto procedente de Bagdad y Damasco, bajo la dinastía omeya y abasida. El estilo omeya, del que no han quedado muchas muestras, recogía la tradición griega y bizantina. El estilo abasida, del que el mejor ejemplo es la mezquita de Ibn Ţulun, en El Cairo, presentaba influencias sasánidas y de Asia Central, destacando la manera de trabajar el estuco mediante arabescos.
El verdadero arte Egipcio vino en la época de los fatimitas y de los ayyubíes, aunque sus principales características siguen siendo la simplicidad de las formas, la amplitud de los espacios y escasa ornamentación.
Con la llegada al poder de los mamelucos en 1250 se trasformó por completo el concepto de la arquitectura. Estos esclavos elevados al rango de sultanes sienten la necesidad de expresar su grandeza a través de múltiples monumentos atrayentes e impactantes para perpetuar sus nombres.
Su arte no hace más que reflejar el lujo y la riqueza de su corte. Durante tres siglos su actividad constructora fue intensa y dejó su huella en creaciones posteriores, si bien, los turcos introdujeron modelos diferentes.
2 comentarios :
hola
muy completo,
y me ha enseñado
creo que los cristianos en sus origenes empezaron igual
por eso del pez, en el suelo para señalar el lugar de reuniones
luego vinieron los crucifijos y demás representaciones cristianas
un abrazo
José Jaime, si es que al final todas las religiones tienen cosas en común.
Un beso.
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