TÉCNICAS DE CAZA DEL TIBURÓN BLANCO
El extraordinario olfato del gran tiburón blanco es su
principal arma para detectar a sus presas. Huele una sola gota de sangre en 100
litros de agua.
El tiburón tiene unos canales en la cabeza que contienen una
sustancia gelatinosa detecta cambios electrónicos tan pequeños como los 0,005
microvoltios. Así, nota los latidos de cualquier pez escondido.
Los sonidos rápidos e irregulares en frecuencias por debajo
de los 600 Hz que emiten los animales heridos o los peces que están desovando,
alertan al tiburón blanco a más de 1,5 km de distancia.
Unos canales llenos de fluido en ambos lados del cuerpo
responden al movimiento y a los cambios de presión. Con ellos el tiburón nota
la presencia de objetos en el agua.
El gran tiburón blanco tiene unos avanzados receptores
gustativos en las protuberancias de la mandíbula y las encías. Así distingue lo
que es comestible.
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