EL PUENTE DE COLOMBIERA
La constructora italiana Intermarine, con un astillero ubicado
en el curso bajo del río Magra, en el puerto de Maeglia, firmó en 1981 un productivo
contrato con el Gobierno de Malasia, al que construiría los cascos de un
dragador y cuatro lanchas por unos cinco millones de euros.
Hasta ese momento, la empresa se había dedicado a construir
embarcaciones menores, pero afrontó este floreciente encargo con alegría.
Las unidades no tardaron en estar acabadas y listas para la
entrega y el cobro. Pero entonces la empresa del astillero cayó en la cuenta de
que la desembocadura del río Magra estaba atravesada por el puente de Colombiera.
Hasta entonces, los barquitos que habían construido habían
pasado sin mayor problema por debajo del puente, pero no de los recién acabados.
La compañía constructora ofreció derribar parte del puente y
luego reconstruirlo, pagando ellos, lo que era muy mal negocio, pero, por lo menos,
evitaba el ridículo. El consejo municipal de Ameglia se negó a que tocaran el
puente y los nuevos buques quedaron encerrados aguas arriba, de donde los
tuvieron que sacar por tierra.
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