EL DESASTRE DEL LAGO PEIGNEUR
El lago Peigneur, en Louisiana, pasó de ser una reserva de
agua dulce y contar con un paisaje muy hermoso, a convertirse en un cráter
salado. Cuando se llevaron a cabo unas perforaciones que intentaban explotar
una mina de sal en su lecho, vinieron los problemas. Al perforar, se encontraron
con un enorme taladro que buscaba petróleo subterráneo creando un agujero tan
grande que toda el agua del lago fluyó por él.
La operación estaba a cargo de la Diamond Crystal Salt
Company, empresa que tenía permiso de explotación de toda la sal del lago. Años
de explotación habían provocado la aparición de enormes cavernas a medida que
iban sacando sal.
Al mismo tiempo la petrolera Texaco realizaba de manera
apresurada profundas excavaciones con un taladro gigante buscando petróleo en
el mismo lecho del lago, sin saber que en el mismo lugar había ya un gran pozo
subterráneo.
Este cúmulo de errores llevaron a que el 21 de noviembre de
1980 las dos perforaciones se cruzaran, Texaco entró violentamente en la mina
creando una cascada de agua a presión que disolvía la sal, como consecuencia
desestabilizaba el sistema de cavernas interiores de la mina.
La cascada alcanzó los cincuenta metros y en unos días se
vació el lago. Los vecinos vieron como un gigantesco remolino absorbió todas
las estructuras del lago, incluida la plataforma de Texaco. La diferencia de
presión logró que el agua fuera expulsada de nuevo a la superficie en forma de
géiseres por diversos sitios, destruyendo varias propiedades.
En la actualidad la zona ha sido arrebatada por aguas del
canal Delcambre, aguas que son saladas. El suceso no solo terminó con el canal
sino que destruyó y reemplazó todo el ecosistema y fauna de la zona.
Texaco solo fue condenada a paga una multa de cuarenta y dos millones de dólares, cantidad no muy importante para una compañía petrolera.
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