26 de mayo de 2019

ORFEO



Orfeo era hijo de Eagro, rey de Tracia y de Calíope, musa de la poesía lírica. Por herencia era poeta y por vocación músico. Cuentan que Orfeo no solo dominaba el arte de tocar la lira, sino que añadió dos cuerdas a la cítara, que tenía siete, subiéndolas a nueve que era el número de las musas.

El canto de Orfeo era tan dulce que amansaba a las fieras, que le seguían dócilmente, los árboles se inclinaban a su paso y los hombres brutos se transformaban en hombres amables.

Participó en la expedición de los Argonautas, pero como era de constitución débil, únicamente daba ritmo a los remeros. Calmaba tempestades y cantaba ante las sirenas, venciéndolas con su armoniosa voz.

Estaba casado con Eurídice, hija de Apolo, al morir su esposa, mordida por una serpiente cuando huía de Aristeo, que intentaba violarla, Orfeo, descendió a los infiernos, donde estaban las almas de los difuntos, para rescatarla y volverla a la vida. En su camino hacia el Erebo (tinieblas infernales), tocando la cítara encantó a los que se encontraba al paso.

Hades, dios de los muertos, accedió a que Eurídice volviera a la vida con la condición de que Orfeo volviese al mundo seguido de su esposa sin mirarla hasta haber salido del mundo de la tinieblas. Cuando casi había llegado al mundo terreno, dudando si Hades le había engañado, volvió la cabeza para comprobar si su esposa le seguía, al hacerlo, ésta se desmayó y murió por segunda vez. Trato de recuperarla, pero Caronte le impidió el paso.

Caronte era el genio del mundo infernal encargado de pasar las almas a través de los pantanos del Aqueronte de la orilla terrena hasta la del reino de los muertos; éstos, en pago, debían darle un donativo que se introducía en la boca del cadáver en el momento de su entierro.

A Orfeo lo mataron las mujeres tracias, envidiosas de su fidelidad a la memoria de Eurídice, lo acusaron a Orfeo de haber inventado la pederastia. Según decían, fue Afrodita quien, para vengarse de un desaire que había recibido de Orfeo, inspiró a las mujeres tracias un amor tan profundo hacia él que terminaron por destrozarlo para que no lo tuviera otra mujer.

A la muerte de Orfeo su lira fue llevada al cielo convertida en la constelación que lleva su nombre. Su alma se elevó hasta los Campos Elíseos, donde cantaba a los santos con un vestido largo de color blanco.

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