LOS AMORES DE CATALINA II DE RUSIA
Sofía Federica Augusta von Anhalt-Zerbst (1729-1796), se casó con el futuro zar Pedro I de Rusia (1672-1725) a los diecisiete años, convirtiéndose en la futura zarina Catalina II de Rusia (Catalina La Grande). Una vez casada, su marido prefirió amaestrar perros y ratas y beber con sus amigos, ella aburrida se dedicó a estudiar filosofía y a buscar algo con lo que pasar las horas.
La tía de Pedro, la zarina Isabel Petrovna, fue la encargada de ayudar a la distracción de Catalina; le buscó un amante, además de para entretenerla, para asegurar un heredero. El elegido fue Serguéi Saltikov (con el perdió la virginidad, después de ocho años de matrimonio con Pedro I), un joven de buena familia y casado, que cumplió con sus “deberes” y dejó embarazada a Catalina a la primera. Un tiempo después tuvo a su primer hijo, Pablo. El zar Pedro lo reconoció como hijo suyo.
Unos años más tarde, Serguéi pidió el relevó en su puesto, y fue enviado como embajador a Suecia. Ella se quedó hecha polvo. Al poco tiempo operaron al zar Pedro de un problema genital y dejó de ser impotente, en lugar de “estrenarse” con su esposa se buscó una amante. A Catalina no le importó mucho.
Unos meses después, apareció por la corte rusa un conde polaco Stanislav Poniatowski, Catalina se rindió a sus encantos de nuevo se quedó embarazada de una niña que murió en la infancia. Tras cinco años de relación, Catalina se cansó de él y dos años después fue nombrado rey de Polonia, después de ser nombrada zarina.
El sustituto como amante de Catalina fue Gregori Orlov. Era un soldado, héroe condecorado. Ella se fijo en él cuando hacía guardia delante de palacio. Dos años después dio a luz otro hijo, al que se llevaron lejos pues el zar Pedro no quería reconocer a otro bastardo.
En cuanto Pedro, el gran duque, fue nombrado zar, después de la muerte de la zarina Isabel Petrovna, pensó en repudiar a Catalina, quería enviarla a un convento, y poner en su lugar a su amante que lo había “hecho hombre”, que ya sentaba a su lado en todos sitios.
Seis meses después de la coronación los Orlov apresaron a Pedro y lo obligaron a abdicar, lo llevaron fuera de San Petersburgo y lo mataron, estrangulándolo. El asesino fue el más fuerte de los hermanos Orlov, Alexéi. Tiempo después todos los hermanos obtuvieron títulos de condados, presidencias de consejos, propiedades, etc. Durante trece años Gregori fue el confidente y ayudante de Catalina. Recibió como regalo varios palacios, uno de ellos con seiscientas habitaciones.
Catalina envío a Gregori en misión diplomática a Rumania, y ella aprovechó para meter en su alcoba a un joven llamado Vasilchikov. Gregori se enteró y regreso a caballo con un diamante enorme, conocido como el diamante Orloff, que forma parte del tesoro nacional ruso. Ella aceptó la joya, pero al poco tiempo lo dejaron.
El siguiente fue un militar, Gregon Ptemkin. Ella le consiguió el título de príncipe del Sacro Imperio Romano y le hizo muchos regalos. Al dejar su aventura, él le buscó a muchos de los siguientes amantes.
Algunos de los siguientes fueron: Ivan Rimskki-Korsakov, Zorich, Ermolov, Dmitriev-Mamanov, etc. El último fue Plato Zubov, cuarenta años más joven que ella, que amo durante seis años a la anciana Catalina.
Cuenta la leyenda que murió de un ataque de risa. Lo cierto es que falleció de un derrame cerebral en 1789.
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