25 de mayo de 2014

JOSEFINA DESPUÉS DE SU DIVORCIO DE NAPOLEÓN


Después de su divorcio con Napoleón, la emperatriz Josefina (1763-1814) se trasladó al Castillo de Malmaison, cerca de París. Una vez terminada la reforma total del castillo, se dedicó por completo a sus jardines, en especial los rosales. Tuteló al pintor Pierre-Joseph Redouté, que gracias a ella, vio como su carrera prosperaba, se dedicó a pintar todo tipo de flores. En honor al Castillo de Malmaison, se le puso el nombre a una rosa, y sus 650 rosales fueron clasificados con un nuevo nombre de especie “Souvenir de la Malmaison”.

El divorcio de Josefina y Napoleón, le aportó a Josefina rentas que le permitieron vivir cómodamente, le otorgaron también varias propiedades, sin embargo, eso, Josefina que siempre fue una mujer derrochadora, nunca alcanzaba a cubrir sus gastos. A pesar de su divorcio, Napoleón y ella, siempre estuvieron en contacto a través de cartas.

Josefina salió una tarde en carruaje descubierto por los alrededores de Malmaison con su hija Hortense y el zar Alexander I de Rusia. Cogió un gran resfriado, con fiebre alta, a pesar de eso, siguió con la preparación de una fiesta en honor al zar. Después de los postres, Josefina salió con el zar a los jardines, soplaban fuertes ráfagas de viento muy frío, ella sólo se había puesto un chal encima de los hombros. Después de terminada la fiesta, cuando se encontraba en su habitación, volvió a notar fiebre. No se volvió a levantar de la cama; estuvo cinco días delirando por la fiebre. En su delirio llamaba a Napoleón.

Falleció el 29 de mayo de 1814. Fue enterrada en la iglesia de San Pedro y San Pablo de Rueil. Unas 20.000 personas pasaron ante su féretro, París quedó inundado de pasquines elogiando su nombre. Su hija Hortensia está enterrada con ella. La tumba, hecha con mármol de Carrara, muestra a Josefina arrodillada en la misma postura que aparecen la pintura: “La coronación de Napoleón” de Jacques-Louis David. 

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