EL JOROBADO Y LAS HADAS (LEYENDA BALEAR)

Vivía en Eivissa, cerca del Portal Nou, un humilde jorobado que además de pobre, estaba cargado de hijos. Como con su trabajo no podía mantener a la familia, al atardecer salía fuera de las murallas, a pedir limosna a los campesinos.

Un día se alejó demasiado, y al volver a la ciudad, se encontró cerrado el Portal Nou, sin posibilidad de entrar hasta la mañana siguiente. Se resigno y, abrigándose como pudo, se recostó en el foso que rodeaba los muros, bajo el puente que cruzaba sobre el portón y se durmió.

En lo mejor de su sueño, unos cantos le despertaron, pensó que a esa hora no eran normal que andara gente cantando. Había oído muchas historias de brujas y no le hacía mucha gracia, pero como le picaba la curiosidad decidió asomarse a ver que pasaba.

No eran brujas, eran hadas, unas jóvenes que adornadas de una misteriosa luz, cantaban y bailaban. Él las miraba embobado, procurando no ser visto por ellas.

Las hadas entonaban una canción de los días de la semana. Les fallaba algo, no recordaban el final y no podían terminar la canción. Probaban de nuevo, una y otra vez, y seguía faltándoles un día de la semana, el jorobado sin poder contenerse, les grito la solución desde debajo del puente; “Sábado”.

Las hadas se pusieron muy contentas y corrieron a buscar al apuntador. El hombre se asustó al ver que iban hacia él. Una de ellas, le sacó de su escondite, y le dijo:

-“No tengas miedo, nos has ayudado a recordar la canción y queremos premiarte”.-

El hada tocó con su varita mágica la joroba y la hizo desaparecer. Mientras otra de ellas, saco del zurrón un mendrugo de pan y un pedazo de queso, rancio y duro, y con la varita mágica lo lleno de monedas de oro.

Cuando intentaba darse cuenta de que lo que había pasado era realidad y no un sueño, las hadas desaparecían a lo lejos, bailando y cantando su canción.