EL TRIÁNGULO Y SUS DESAPARICIONES II
EL CAROL DEERING- En febrero de 1921 apareció el buque Carol Deering varado en una playa de Carolina del Norte. Como comenzaba ya a ser habitual, en la zona del triángulo, su carga estaba intacta al igual que el resto del navío, pero sin nadie a bordo.
El detalle más misterioso es que encontraron que la comida acababa de ser servida, pero alguna cosa les había obligado a dejar el barco antes de ni tan siquiera probarla.
EL COTOPAXI- Un carguero que desapareció sin dejar rastro en un trayecto de Charleston a la Habana en 1925. Se perdió el contacto cerca de Cuba. Ningún rastro.
EL SUDUFFCO- Un buque mercante que se tragó el océano, tras su salida del puerto de Newark en 1926. Se dirigió hacia el sur para no volver a tener contacto con nada, al menos, de este mundo.
EL STAVENGER- Este carguero si volvió a tener contacto con la realidad cuando fue encontrado, intacto y vacio. Cerca de la isla de Cat, en las Bahamas en 1931.
EL JOHN AND MARY- En abril de 1932 apareció de la nada este barco de dos palos, flotando mansamente a la deriva a 80 kilómetros al sur de las Bermudas. Intacto, vacio y sin pistas.
EL ANGLO-AUSTRALIAN- Este carguero desapareció sin dejar rastro en el mes de marzo de 1938. Llevaba 39 hombres a bordo y a su paso por las Azores con rumbo al oeste, hacia el Triángulo, radió su último mensaje que decía: “Todo bien”.
EL GLORIA COLITE- Era un yate de lujo de las Antillas Británicas que desapareció en febrero de 1940. Apareció sin un rasguño y con las camas hechas, pero vacio, a unos 3oo kilómetros al sur de Mobile, Atlanta.
EL RUBICÓN- Otro carguero, este cubano, desaparecido el 22 de octubre de 1944 en el mismo centro del Triángulo. Lo encontró la Guardia Costera norteamericana poco después frente a la costa de Florida, pero esta vez el barco no estaba completamente vacío, hubo un testigo que lo vio todo pero jamás pudo contar nada; un perro.
EL TUXPAN- Este era un carguero inmenso que viajaba bajo pabellón mexicano y que desapareció con sus 157 tripulantes el 22 de mayo de 1987. La Guardia Costera rastreó el océano durante tres días sin resultado positivo.
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