15 de julio de 2012

MUNDO SUBMARINO


Muchos animales respiran, se mueven, se alimentan y se reproducen bajo las olas. Lo hacen de modo diferente y se presentan en numerosas formas y tamaños.

Los organismos de cuerpo blando, como las medusas y las anémonas de mar, necesitan del empuje hacia arriba del agua para flotar. Los vertebrados, como las ballenas gigantes, se asfixiarían bajo su propio peso sin el apoyo del mar.

Al estar expuestos al aire, la mayor parte de los animales terrestres necesitan una piel impermeable para evitar que se seque su humedad interna. Los animales sumergidos siempre en el agua, no necesitan esa protección. Las medusas, esponjas, babosas marinas, ascidias y gusanos de mar tienen la piel blanda y húmeda, las escamas de los peces tienen también una cubierta mucosa externa.

A diferencia de los animales terrestres, la mayor parte de los organismos marinos respiran oxígeno disuelto en el agua. Los peces toman agua a través de la boca y la expelen por sus agallas, que extraen de ella el oxígeno. Los moluscos, como las almejas, las caracolas y los crustáceos, como los cangrejos y langostas, también respiran por las agallas. Algunos gusanos, tienen agallas que nacen de su cabeza como ramitos de palma. Las esponjas absorben el agua con oxígeno a través de pequeños cilios capilares.

Los animales marinos también se mueven de distintas formas. La mayor parte de los moluscos “andan” por medio de un pie carnoso. Pero las veneras y calamares lo hacen lanzando agua hacia atrás.

Las estrellas de mar y los erizos poseen un sistema de desplazamiento que consiste en movimientos ciliares sobre millares de pequeños pies tubiformes.

Los crustáceos tienen una variedad de piernas destinadas a nadar, saltar o andar. En el plancton existen seres microscópicos que nadan azotando el agua con los cilios.

Todas estas criaturas marinas explotan todas las fuentes alimenticias de que disponen. Las esponjas, las anémonas de mar y los hidroideos, así como muchos bivalvos metidos en sus conchas, permanecen inmóviles y esperan a que el alimento llegue a ellos. Utilizan dispositivos que actúan como redes, dados envenenados, lazos y aspiradoras, para atrapar la comida que necesitan.

El alimento puede ser o plancton o los fragmentos de detritus (restos desintegrados de animales y vegetales) absorbidos por los animales de concha como peces grandes atrapados por los tentáculos de un gran pulpo.

Los peces son cazadores muy activos, y algunos están provistos de peligrosos dientes. Pero la mayoría de las especies siguen una sola dieta. Los tiburones ballena, el más grande de los peces conocidos, se nutren de plancton y de pequeños peces. Con sus mandíbulas superiores en forma de espada, el pez espada surge de repente y aturde a peces más pequeños que nadan en bancos. Los tiburones blancos son capaces de atacar a otros tiburones.

Los peces que viven en las profundidades, como la raya, la lija y el halibut suelen tener la cavidad bucal en la parte inferior de la cabeza, lo que le permite romper las conchas o devorar las lombrices del fondo.

Una amplia variedad de defensa se despliega ante el acoso de los cazadores. Los animales lentos como los cangrejos y las langostas encuentran protección sobre todo en las placas blindadas de su cuerpo.

La platija y el rodaballo cambian de color para parecer el fondo sobre el que nadan. El color oscuro de su parte superior y el brillo plateado de su vientre permiten a la caballa y al atún pasar inadvertidos tanto contemplados desde arriba como desde abajo.

Los peces suelen nadar muy rápido si se ven perseguidos. Los arenques, las caballas y otros peces que se desplazan en bancos se protegen ofreciendo un confuso y amplio blanco.

FOTO- MEDUSA

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