22 de abril de 2012

PROCESO JUDICIAL BAJO EL REINADO DE RAMSÉS II


La tumba de Mes cuyos restos se encuentran repartidos entre la región de Menfis y algunos museos, muestra el detalle del relato, en uno de sus muros, de un conocido pleito cuyos ecos trascendieron durante más de un siglo.

A comienzos de la dinastía XVIII, Amosis, el fundador, el vencedor de los hicsos, recompensó a sus fieles y valientes guerreros concediéndoles tierras.

En esa época, Neshi, ancestro de Mes, recibió también un conjunto de campos que consiguió legar a sus hijos, quienes los explotaron de manera individual, siguiendo un uso jurídico consagrado.

El indiviso perduró durante varias generaciones, hasta el día que, con Horemheb en el trono, una descendientes de Neshi consiguió por vía judicial que se definieran claramente las partes y que se la nombrara administradora de las mismas, ya que era la mayor de los herederos copropietario de los bienes indivisos.

Una hermana menor, descontenta, impugnó la división. Un escriba se desplazó hasta el lugar para que, una vez que cada uno hubo reconocido su lote, se llevaran las respectivas atribuciones al catastro y se hicieran constar en los documentos de atribución.

La mayor, ayudada por su hijo (el escriba Huy), impugno e inició un nuevo proceso para defender sus derechos. Huy pudo explotar con normalidad su parcela hasta su muerte. Sin embargo su viuda, Nub-Nefert, y su hijo, Mes, fueron expulsados por el resto de los herederos gracias a las artimañas de Jay, un funcionario.

La madre de Mes, segura de tener la razón, invocó los registros de imposición para demostrarlo y se presentó ante el visir, en la corte de Pi-Rameses, en compañía de Jay y de un sacerdote-magistrado llamado Amenemope. Pero, sorpresa, su nombre y el de su difunto marido habían sido borrados de las listas.

Jay había manipulado el caso para apropiarse de las tierras que la viuda de Huy había abandonado. Mes, ya adulto y que había sido ascendido a escriba del Tesoro de Ptah en Menfis, intentó iniciar un proceso contra Jay, al que acusaba de falsificación de los registros.

Gracias a los testimonios de sus amigos y vecinos, pronunciado bajo juramento, pudo demostrar que era realmente descendiente de Neshi, y que su padre, Huy, había cultivado durante toda su vida las tierras que ahora reclamaba.

De esta manera, bajo el reinado de Ramsés II, el tribunal de justicia de Menfis dictó sentencia a favor de Mes, que recupero su posesión de 13 aruras (unas 35 hectáreas) y mando esculpir la escena, epílogo afortunado del proceso que figura junto con las pruebas, en el muro de un pequeño patio contiguo a su tumba.

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