SAL Y SUERTE

Popularmente se cree que, si una persona entrega a otra en la mano un salero lleno, habrá una pelea entre ambas. Si el salero se vuelca, se considera que es un anuncio de desgracias futuras. Hay personas que hacen cuernos con los dedos, se santiguan o se tocan los genitales para neutralizar el presunto peligro.

Todo eso no se explica teniendo en cuenta que desde la antigüedad, la piedra de la sal era utilizada como talismán y como símbolo de buena suerte.

En la antigua Grecia tenía mucho valor y hasta se empleaba para pagar esclavos. En Roma a los soldados se les pagaba con una ración de sal, de ahí viene la palabra salario.

Para eliminar el mal de ojo se lavaban, tres veces, las plantas de los pies y las palmas de las manos , se bebían tres sorbos de agua salada y el resto de agua se echaba al fuego.

Se acostumbraba a echar sal al fuego cuando se creía que alguna visita se dedicaba a la brujería.

Creían que poniendo un plato con sal debajo de la cama de alguien que estaba enfermo, la sal absorbía la enfermedad y al mismo tiempo impedía ponerse enfermo.

A los bebes sin bautizar le ponían en su cuna un saquito con sal para prevenir el mal de ojo.

Las campanas de las iglesias se bendecían con agua salada, según decían, para establecer una buena comunicación con Dios y alejar los malos espíritus.

Para tener sueños reveladores, antes de dormir, se daban un masaje en la planta de los pies con sal.