¡¡¡A GALERAS!!!
A partir de la pragmática de Carlos V de 31 de enero de 1530, se dejó a la decisión de los jueces la posibilidad de pagar las condenas a los destierros perpetuos por penas de galeras con una duración superior a dos años.
Los delitos por lo que se enviaba a los delincuentes a remar en las galeras del Rey eran: robar, blasfemar, vagabundear, huir de la prisión, desertar. En el siglo XVI también fueron condenados los adúlteros, alcahuetes, homosexuales, gitanos.
Además de los delincuentes, había remeros que eran esclavos del rey, que solían ser musulmanes capturados en combate. A ambos se les llamaba “chusma”. También había remeros voluntarios que trabajaban a cambio de un sueldo y se les llamaba “buenas boyas”, estos eran difíciles de encontrar por lo duro del trabajo. Su sueldo era de dos ducados semanales.
Las condiciones de higiene eran muy precarias. Vestían con harapos y rodeados de bichos y humedad. Dormían, comían y hacían sus necesidades en el banco donde se sentaban para remar (en ocasiones en la misma escudilla que utilizaban para comer).
Las enfermedades estaban a la orden del día, trastornos digestivos, infecciones, escorbuto, tuberculosis (la más mortal), tétanos.
La alimentación de la chusma consistía en bizcocho o galleta, que era una especie de pan que se tenía que remojar en agua para ablandarlo. Una vez al día se servían habas, judias o lentejas cocidas y con un poco de aceite. Por las noches cenaban una especie de sopa preparada con el bizcocho en mal estado con un poco de vinagre, se llamaba “mazamorra”. Como el hambre apretaba, algunos de ellos completaban su dieta con alguna rata de las que abundaban.
Los buenos boyas y el resto de la tripulación comían más o menos lo mismo sólo que las raciones eran más abundantes y disponían de algunos “caprichos” como tocino, sal, garbanzos, arroz o queso.
A cada galeote le correspondían dos litros de agua al día, que la mayoría de las veces era agua putrefacta, así que eso les obligaba a beber sus propios orines o el agua del mar.
4 comentarios :
¡La Virgen! ¿De donde sacas estas historias tan truculentas?
¿Y habia voluntarios para hacer este trabajo?
Increible...Y luego dicen que cualquier tiempo pasado fué mejor...
Saludos!
Lorenzo me encantan estas historias. Los voluntarios no debían estar muy bien de la cabeza, no sé cuanto debían ser los dos ducados que cobraban, imagino que una fortuna. Un beso.
Supongo que las galeras Romanas serian muy similares a estas que describes, Una de las escenas mas ubicables es de la película Ben Hur, donde los galeotes reman sin tregua "Avivados" por el son del tambor y el azote, aunque creo que allí no habría remeros voluntarios.
Saludos Ana.
Anónimo parece mentira que en esas condiciones hubiera remeros voluntarios.
Gracias por tu visita y tu comentario. Un beso.
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