ORIGEN DE LOS GARBANZOS

Su origen se remonta a tiempos prehistóricos, se han encontrado restos arqueológicos en excavaciones preneolíticas de Sicilia y neolíticas en Suiza.

No faltaban en los jardines de Babilonia. En tiempos de los romanos fue plato de sustento, como se comprobó con los hallazgos en las ruinas de Pompeya. Antes de que Roma se convirtiera en imperio, los republicanos tenían la honra de llevar nombres de familia tomados de los productos de la huerta y, así, había apellidos como Lechuga, Col, y también Garbanzo.

El apellido Garbanzo adquirió la inmortalidad gracias a uno de sus miembros; Marco Tulio Cicerón. Una de sus biografías empieza así:

“Cicero Cicerois, equestri genere, habebat verrucan in naso”. Con esto se aludía a un rasgo que parece que era hereditario en su familia y por el cual recibían su nombre, pues en latín cicer es, a la vez, garbanzo y verruga.

En Egipto se sabe que existían entre 1580 y 1100 a. C. donde los llamaban cara de halcón, por su parecido con la cabeza del animal.

En España lo introdujeron los cartagineses, se recolectaba en Cartago Nova. Pasó a toda la península en poco tiempo.

En la Edad Media se creía que eran afrodisíacos. En los países árabes se creía que tomando antes de la llegada del invierno una pócima hecha de cebollas pulverizadas mezclados con miel y garbanzos también pulverizados, le daban al hombre una gran potencia sexual. También servía para lo mismo comer una gran cantidad de garbanzos cocinados con leche de camella y miel.