RAYAS, MANTAS Y TORPEDOS
Una de las rayas que más abundan en aguas del norte de Europa es la “raya espinosa” o de clavos, y otra la “raya batis”. Estas dos especies se diferencian fácilmente, pues la primera es de color pardo y tiene unas largas espinas por todo el cuerpo, la segunda tiene una superficie lisa y su color oscuro, azulado en la cara inferior.
Entre las rayiformes se cuenta la tembladera. Algunas especies tienen prolongaciones en forma de alas. El impulso eléctrico que emite este pez lo utilizan unas veces como defensa y en otros para atontar a sus presas, y está generado por una serie de células que forman un acumulador dentro de su organismo.
El miembro de mayor tamaño de esta familia es la manta. Cuando se desplaza por el agua, este animal parece una enorme ave aleteando lentamente. A pesar de las leyendas, las mantas no pueden tragarse un hombre entero, en realidad son inofensivas. Los enormes saltos que dan, parece ser que son para librarse de los parásitos que lleva en la superficie del cuerpo.
Los huevos de las rayas, en las especies ovíparas, son fecundados cuando aún están en el cuerpo de la hembra, a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de los peces. Al ser expulsados, el huevo posee un saco vitelino y un embrión protegido por una fuerte bolsa rectangular que tiene en los cuatro ángulos prolongaciones en forma de cuerno.
Cuando nace la pequeña raya, rompe la bolsa por un punto débil y empieza su vida nadando en libertad. Las bolsas vacias van a parar a las orillas de la playa, con la exposición al sol y al viento tienen una consistencia quebradiza.
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