PÓCIMAS PARA QUITAR LAS ARRUGAS

1ª- Poner enrojecer una sartén y cuando los hayáis conseguido echad en ella polvo de mirlo, recibiendo el humo teniendo la cabeza cubierta con un lienzo para impedir que el humo se desperdicie. Repetid otras dos veces igual y luego otras tres sustituyendo el polvo de mirlo, por un poco de vino blanco, que para más fácil ejecución llevaréis dentro de la boca, continuad el procedimiento tarde y mañana el tiempo que queráis.

2ª- Tomad dos onzas de jugo de cebolletas de lirios blancos, otras dos de miel buena de Narbona (elaborada a base de romero, tomillo, lavanda y de otras plantas mediterráneas) y una onza de cera blanca fundida, incorporarlo todo y formad una pomada, que usaréis por la noche al retiraros a descansar. A la mañana siguiente, cuando os levantéis, limpiaos con un lienzo la untura y os habrán desaparecido las arrugas.

3ª- Tomad la hierba llamada verrucaria mayor o menor (planta herbácea), las hojas con la grana o las hojas con la flor. Machácalas con el mortero y exprímeles el zumo, después arañarás superficialmente con las uñas o de otro modo, las verrugas o lunares y aplícales encima este zumo o de él con la masa. Hacedlo así por algún tiempo, cuatro o cinco veces al día.

4ª- Tomad la segunda agua de cebada, coladla con un lienzo fino y agregadle algunas gotas de bálsamo de la Meca (resina que procede del amyris opobalsamum). Esta composición debe echarse en una botella que pueda taparse perfectamente y una vez en tales condiciones, se le agitará sin interrupción por espacio de diez o doce horas, tiempo preciso para que se incorporen sus elementos, lo que se sabrá porque se presenta un poco turbia y blanca. Esta agua es maravillosa para embellecer el rostro y para conservarlo joven y fresco. Con sólo que se use una vez al día, quita las arrugas de la piel y le da un color sonrosado. Antes de usar esta agua, es preciso haberse lavado con agua de lluvia.