MARY CELESTE
El 7 de noviembre de 1872 zarpó de Nueva York el bergantín Mary Celeste, con una carga a bordo de Alcohol industrial, con rumbo a Genova. El capitán del navío era Benjamín Spooner Briggs y su tripulación la formaban 11 personas, entre las que se encontraban también su esposa Sara y su hija Sofía de tan sólo dos años.
El 5 de diciembre de ese año, otro bergantín llamado Dei Gratia divisó un barco a la deriva que no mostraba indicios de vida a bordo, pero que se encontraba prácticamente intacto. El capitán Morehouse reconoció de inmediato al Mary, era un viejo amigo de Spooner, y había comido con él sólo dos días antes de zarpar hacía su incierto destino.
El Dei Gratia intento contactar con el Mary Celeste por todos los medios, pero nadie parecía estar a bordo. Las velas del Mary fueron lo que primero alertaron a Morehouse de que algo no marchaba bien. La del mástil principal estaba orientada hacia su ruta, mientras que la posterior estaba hacia estribor. Además faltaban dos velas posteriores.
Morehouse ordenó a su primer oficial y a su piloto que subieran al Mary a investigar. Lo que encontraron a bordo fue inexplicable.
El barco estaba intacto, salvo el compás de bitácora que había sido destruido. La sensación era que la tripulación había tenido que dejar todo a medias para huir. Encontraron también ropa húmeda recién tendida y una tetera con agua en el fuego que empezaba a hervir, y la pipa del capitán todavía humeaba.
El bote salvavidas tampoco estaba, por lo que pensaron que no podían estar muy lejos de allí.
En la bodega la carga de dos millones de litros de alcohol industrial estaba intacta, y presentaba signos de inundación de un metro de altura.
Las joyas de la esposa de Spooner se hallaban en la caja fuerte intacta del camarote del capitán. Encontraron también la espada envainada de éste y el cuaderno de bitácora, que creyeron que podría aclarar el misterio. Pero la última anotación del 24 de noviembre sólo decía:
“Estamos a unas 110 millas al oeste de la isla de Santa María de las Azores”
De este dato se extrae que el Mary Celeste se hallaba a unas 500 millas de donde se habían escrito esas últimas palabras.
Cuando los hechos fueron conocidos, nadie daba crédito a lo ocurrido. El capitán que encontró el barco siempre mantuvo esta versión, pese a que nadie la creía. Pero el mundo comenzó a pensar que algo raro ocurría en la zona del Triángulo de las Bermudas.
El Mary Celeste siguió navegando durante unos años, pero bajo la superstición de quien se atrevía a subir a bordo. Tuvo un triste final, ya que su nuevo capitán Gilman Parker, tras repartir abundante licor entre la tripulación, él mismo se emborrachó completamente antes de estrellarlo, creen que a propósito, contra un arrecife cerca de Haití, para sí acabar con la leyenda negra.
6 comentarios :
Una gran historia.
Conocer uno de los casos del triángulo de las bermundas es algo que quería conocer.
Yo pienso que si tiraron todos al mar, por alguna razón.
Abrazos.
José Jaime, el más misterioso de los misterios es que nunca lo sabremos.
Un beso.
Algo pasaría pero... Nos quedamos con la intriga.
PD: Perdona por no comentarte estas últimas semanas, he estado muy ajetreada: matrícula de la universidad, carné de conducir, trabajo y resfriado me están haciendo aislarme un poco. Pero ya estoy de medio-vuelta :D
Hola Ana!
Estos relatos siempre despiertan mi imaginación. Es fascinante pensarlos a todos huyendo en el último instante, aterrados por algo, lanzándose al mar... o siendo abducidos por alguien.
Existen varios relatos fantásticos y de terror que le daban explicaciones mágicas a las desapariciones. Pero nada resulta convincente y el misterio seguirá...
Abrazo!
G.
Jelens intrigados nos quedamos. Espero que tu ajetreo se calme, gracias por a pesar de todos tus "lios" sigas aquí.
Un beso.
Georgells son fascinantes estas historias misteriosas sin saber nunca la realidad de ellas.
Un beso.
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