LA MARQUESA DE BRINVILLIERS
María Magdalena d’Aubray, Marquesa de Brinvilliers nació en Paris el 22 de julio de 1630. La muchacha recibió una excelente educación, aunque parece ser que no le sirvió de mucho. Desde la edad de 5 años tenía vicios horribles, perdió su virginidad a los 7 años, cayó en incesto. Muy susceptible a las ofensas, era de naturaleza extremada, unas veces al borde del crimen, otras sumisas.
Mujer de pequeña estatura, facciones agradables y de piel muy fina, blanca y delicada, a pesar de estos rasgos no tenía nada de débil, llevaba dentro un volcán y cuando estaba excitada su rostro sufría un tic nervioso, agresivo y amenazador.
En 1651 se casó con un joven maestre de campo del regimiento de Normandía. Después de casada no podía renunciar a la sociedad donde había crecido. Siguió con sus amistades y su cinismo espontaneo.
Su propio marido fue el que le presentó a Sainte-Croix, que más tarde se convertiría en su amante. Cuando ya fue tarde para evitar el mal, la esposa llegó a decirle a él que Sainte-Croix era uno de los hombres que la interesaban, el marido se limitó a enumerarle unas cuantas mujeres de la corte por las que él sentía gran interés.
El padre de la marquesa al contarle la hija sus preferencias no estaba dispuesto a tolerarlo y mandó encerrar a Sainte-Croix en la Bastilla. Dicen que lo detuvieron en la misma carroza de la dama, mientras ésta estaba a su lado.
Sainte-Croix ingresó en la Bastilla y como compañero de celda tenía a un químico, llamado Exili. Era un virtuoso del arsénico y enseño tan bien a Sainte-Croix, que salió de la Bastilla doctorado en venenos… MAÑANA MÁS…
Mujer de pequeña estatura, facciones agradables y de piel muy fina, blanca y delicada, a pesar de estos rasgos no tenía nada de débil, llevaba dentro un volcán y cuando estaba excitada su rostro sufría un tic nervioso, agresivo y amenazador.
En 1651 se casó con un joven maestre de campo del regimiento de Normandía. Después de casada no podía renunciar a la sociedad donde había crecido. Siguió con sus amistades y su cinismo espontaneo.
Su propio marido fue el que le presentó a Sainte-Croix, que más tarde se convertiría en su amante. Cuando ya fue tarde para evitar el mal, la esposa llegó a decirle a él que Sainte-Croix era uno de los hombres que la interesaban, el marido se limitó a enumerarle unas cuantas mujeres de la corte por las que él sentía gran interés.
El padre de la marquesa al contarle la hija sus preferencias no estaba dispuesto a tolerarlo y mandó encerrar a Sainte-Croix en la Bastilla. Dicen que lo detuvieron en la misma carroza de la dama, mientras ésta estaba a su lado.
Sainte-Croix ingresó en la Bastilla y como compañero de celda tenía a un químico, llamado Exili. Era un virtuoso del arsénico y enseño tan bien a Sainte-Croix, que salió de la Bastilla doctorado en venenos… MAÑANA MÁS…
2 comentarios :
No hay mal que por bien no venga.
Vendedor de venenos, ¡vaya!
Era de las que utilizaban sus encantos.
Abrazo
José Jaime, mala muy mala la marquesa.
Un beso.
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