IMPERIO MEDIO

En 2040 a.C., el faraón Mentuhotep reunificó los dos Egiptos, así nació el Imperio Medio, una era de prosperidad durante la cual el país creció hacia el sur y el nordeste. Sesostris I formó un poderoso ejército para explotar las minas de oro de Nubia, y partió hacia la conquista de ese país. Al llegar a la segunda catarata del Nilo, mandó construir varias fortalezas para defender su imperio.

Un siglo más tarde, Sesostris III realizaría cuatro campañas en Palestina, conquistando esas nuevas tierras donde crecía la madera de cedro. Combatió también en Nubia para reforzar su poder. Egipto nunca había sido tan grande y poderoso.

La población de Egipto crecía y las necesidades alimenticias iban en aumento. Para obtener más frutos de la tierra, los campesinos aprendieron a regar en época de sequía. Construyeron estanques, cavaron canales alrededor de los cultivos, extrajeron el agua del Nilo... Gracias a unas importantes obras de desecación, los pantanos del oasis de El Fayun, en el desierto de Libia, se volvieron tierras cultivables.

A partir de 1785 a.C. los soberanos de las dinastías XIII y XIV no fueron capaces de oponerse a los invasores hicsos, unos nómadas de Siria, Palestina y Arabia que se instalaron en el delta del Nilo, donde fundaron su capital y reinaron en el Bajo Egipto durante siglos. Aportaron avances desconocidos por los egipcios; el caballo, el carro de combate, el telar vertical, instrumentos musicales, la manzana, la aceituna...

El Imperio Medio finalizó con un nuevo período intermedio en el que los egipcios perdieron territorios ante los nubios.