LA BODA

Mi amigo C. me llamo el otro día para pedirme un favor, C. es el mismo de la CITA FANTASMA, eso quiere decir que con sus antecedentes, cuando vi su nombre en el móvil, pensé que se mascaba la tragedia, más que nada porque cada vez que quedo con él, pasa algo raro.

Lo que quería era que lo acompañara a la boda de un compañero de trabajo.

Nunca entenderé porque algunos hombres no pueden ir sin pareja a estos eventos, no sé si es por exibirnos o por si nadie le hace caso hablar con alguien.

Pasa a recogerme, nos vamos a la Iglesia, llega el novio, llega la novia.
Se ponen en el altar, y llega el primer problema, la novia a ojos del cura, va demasiado escotada, y dice que se ponga algo o no los casa.
Le dejan un chal, se lo pone y los casa.

Llegamos al hotel donde se celebra el banquete, más que hotel es una especie de hostal, que según escucho a alguien comentar es de un amigo del padre de la novia.

Entramos en el salón que esta lleno de columnas, o sea, que las mesas están de tal forma colocadas que solo les ves la cara a los cinco que están en tu mesa, a los novios los colocan como a tres kilómetros de los invitados y tapados por las columnas más grandes que había.

Empiezan a servir el aperitivo:
Patatas chip; blandas, pasadas, rancias...
Dátiles con beicon; con el hueso del dátil.
Croquetas; con el trozo congelado en medio.

Primer plato:
Arroz con marisco: Yo no sé si es arroz, o puré, lo que si se, es que es una masa caldosa, con tropezones, las gambas se escondían entre las arenas movedizas de mi plato, las almejas se asoman y parecen pedir socorro, los mejillones han salido de sus conchas, van y vienen cada uno por su lado...

Segundo plato:
Redondo de Ternera al Oporto; Nos ponen unas tres lonchas con guarnición de verduras y patatas, la pinta la tiene buena, por fin podremos comer algo.

Al ir a cortar la carne, nos damos cuenta que es imposible, al principio no sabemos si son los cuchillos que no cortan o la carne esta dura, dura no, durísima como una piedra.
Después de varios intentos, muchos intentos, vemos que como no nos traigan una sierra mecánica, va a ser imposible cortarla.

Se me ocurre asomarme entre las columnas para ver si los demás tienen el mismo problema o nos ha tocado el redondo de la mala suerte.
Y ya que la noche es surrealista total, y hace rato que estoy pensando que porque cojo... se me ha ocurrido acompañarle, veo algo que me deja alucinada.

En una mesa están sentados, unos que yo deduzco, que deben ser padre, madre, hija y yerno, digo de lo hija y no hijo, porque la chica es clavada a la señora.
Eso no tiene importancia lo que si la tiene es que la señora, abre el bolso y saca unas tijeras de manicura y se pone a cortar la carne de la familia.

Yo ya no puedo más no sé si llorar o reír, al final me descojono, porque nunca había visto una cosa igual. Y parece por su naturalidad, que no es la primera vez, es experta en hacerle la manicura al redondo.

Postre:
Helado; muy especial el helado con sabor a pescado, y además me ha salido un pareado.

Tarta:
Ni idea después del éxito de toda la cena ni quise probarla.

Esperábamos el café y nos dice el camarero que eso no entra en el menú, que si queremos salgamos fuera al bar y lo paguemos.

De las demás barbaridades prefiero más olvidarme, corbata, liga...

Conclusión:
Terminamos la noche en una pizzería, más que nada por cenar algo.