21 de diciembre de 2023

EL NIÑO Y EL ABETO (LEYENDA DE NAVIDAD)

 

En un remoto pueblo, en Nochebuena, un niño pequeño se adentró en el bosque buscando un tronco de roble para quemar en la chimenea, como dictaba la tradición. Tardó más de lo esperado y, cuando se hizo de noche, no pudo encontrar el camino de regreso a su casa. Además, empezó a nevar.

El niño se asustó mucho y pensó en cómo, en los meses anteriores, había esperado esa navidad. En el bosque, ahora sin hojas, vio un árbol verde y se resguardo debajo de él. El árbol era un abeto.

El pequeño, vencido por el sueño y el cansancio, se durmió acurrucado al pie del tronco y el árbol se movió, bajó sus ramas hasta tocar el suelo para formar una cueva que protegía al niño de la nieve y el frío.

Por la mañana se despertó, escuchó a lo lejos las voces de los aldeanos que habían salido a buscarlo. Salió de su refugio y abrazó a sus salvadores con gran alegría.

Entonces todos se dieron cuenta del maravilloso espectáculo que se presentaba ante sus ojos: la nieve que había caído por la noche, se posaba sobre las frondosas ramas, que la planta había doblado hasta el suelo, formando festones, adornos de cristal que, a la luz del sol, parecían luces centelleantes, de un esplendor incomparable.

En recuerdo de este hecho, se adoptó el abeto como símbolo de la Navidad. Desde entonces se adorna y se ilumina en todas las casas.

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