RITUALES MAPUCHE

 

El cultrún, o tambor de los machis, tiene impresos los cuatro puntos cardinales, mediante su sonido se congregan los mapuches alrededor del rehue, un tronco enterrado en el suelo con escalinatas que tiene la función de altar, para el rito de comunicación con los antepasados.

La gente baila hasta que la machi entra en trance, su voz se transforma y empieza a hablar en una lengua extraña que nadie conoce, salvo un traductor oficial, dungu machife, que va traduciendo en cantos los que la o el machi va diciendo.

Dicho lenguaje en trance es parecido al onírico, que se produce en diversos planos y saltos salvajes, con la aparición de figuras míticas, mezclando elementos incoherentes.

El calcu, la maldad, es lo que provoca enfermedades, odios, inseguridades y catástrofes naturales. Para reponer los equilibrios sacrifican animales: toros, ovejas, etc. El ritual o la ceremonia de comunicación con los pillanes se llama Nguillatún, para restablecer los equilibrios hay una etapa denominada Conchotún (amigo, compadre), en la que las personas se hacen regalos, se abrazan, se dicen palabras bonitas y se ofrecen alimentos recíprocamente.

La canoa, wampo o huampo, era también el ataúd de muchos mapuches. La palabra significa las dos cosas: canoa y ataúd. Al difunto que no poseía una se la construían. Lo colocaban sobre la canoa vestido con su mejor traje, rodeado de varias pertenencias, a veces con objetos para alimentarse, ya que empezaba un largo viaje para atravesar el océano y llegar al lugar de los muertos, al wenu mapu.