CAJA FUERTE
El termino caja fuerte se utilizó por primera vez en la década de 1800 para describir un armario o cofre que no solamente servía para impedir robar a los ladrones, sino que también podía resistir incendios y derrumbes de edificios. Las cajas modernas siguen conservando esas características.
Se suelen construir con dos piezas de acero que emparedan una pieza de hormigón tratado al que le ha añadido diatomita, que es una tierra rica en sílice, que otorga al hormigón un punto de fusión muy elevado de más de 1700ºC, para que pueda resistir altas temperaturas manteniendo su estructura y vermiculita que también se mezcla con el hormigón, ya que tiene una estructura parecida a la de las palomitas que evita que el calor dañe el contenido de la caja. Aunque el acero es muy duro por sí solo, al añadirle una capa de hormigón, la estructura es difícil de traspasar con un taladro.
Hay diferentes tipos de cerradura, en la actualidad incluyen escáneres de retina o huellas dactilares, aunque las más comunes siguen siendo las de combinación, en la que se introducen tres números distintos para poder abrirla. Las probabilidades de adivinar una combinación de una caja fuerte son de una entre 941 094.
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