ORIGEN DE LA MANTEQUILLA
La mantequilla no tiene inventor, o si lo tiene, no se sabe quién fue. Se cree que es muy antigua y que fue una casualidad el haberla descubierto, ya que basta poner leche en un recipiente y sacudirlo para que se forme la mantequilla, desde luego no la que conocemos hoy, sino una más líquida. Algunas tribus nómadas cuelgan un odre de leche a la silla de montar, el movimiento del caballo hace el resto.
En el Génesis, se dice que Abraham, cuando recibió la visita de los ángeles anunciándole la concepción de Isaac, les ofreció mantequilla y leche. El Veda, libro sagrado de los indostanos (habitantes de la Península Indostánica en el sub-continente indio), nombra la mantequilla, que se empleaba en las ceremonias de culto.
Homero, Teófilo y otros, mencionan a menudo la leche y el queso, en cambio, la mantequilla no la citan. En un libro de Delamaire, publicado en 1725, explica que la mantequilla estaba sujeta a ordenanzas, y no todos podían venderla.
La Iglesia, siendo papa Inocencio VIII, dio permiso en 1491, al ducado de Bretaña para utilizar mantequilla en lo días de vigilia para que se utilizase como grasa para guisar los alimentos, la condición era pagar a la Iglesia un tributo. Esta autorización se extendió a las demás provincias del reino, y el dinero que obtenían se destino a construir campanarios. Por ese motivo en muchos lugares de Francia los campanarios de las iglesias y catedrales se llamaron “Campanarios de la mantequilla”.
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