27 de octubre de 2015

GOMA DE BORRAR


Antes de que se inventara la goma de borrar, uno de los materiales más utilizados para corregir los errores al escribir, o dibujar, era la miga de pan. En el año 1770, Edward Nairme (1726-1806) inventó y comercializó la primera goma de borrar, que estaba fabricada con caucho natural.

Descubrir que ese caucho podía sustituir la miga de pan fue por casualidad. Edward Naime estaba escribiendo y se equivocó, al ir a borrar su error, en lugar de coger la miga, cogió un trozo de caucho, en ese momento se dio cuenta de lo bien que ese caucho había eliminado su error.

Este descubrimiento tenía dos problemas: su elevado precio para la época, tres chelines, sólo reservado para los profesionales del dibujo y la escritura. Y que igual que la miga de pan, el caucho, con el tiempo perdía sus propiedades, así que no duraban nada.

En 1839, gracias a Charles Goodyear (1800-1860), descubrió la vulcanización del caucho. Entre otras cosas fabricó los primeros neumáticos de goma, y perfeccionó las gomas de borrar.

En 1919, Santiago Marcó Palomar, empezó a fabricar gomas de borrar de forma artesanal en su propia casa. En la actualidad la compañía (en Mont-Ras, Girona) está dirigida por la cuarta generación de la familia Marcó. La fama, a pesar de fabricar muchas más cosas (material escolar y de oficina), se la deben a las gomas de borrar “Milán”.

En la actualidad Milán ofrece ochenta modelos diferentes de gomas. Al año salen de su fábrica dos mil quinientas toneladas de gomas, el 70% se exportan a ochenta países, por ejemplo Polonia, Francia, Reino Unido, México, etc.                              

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