MURIERON DE RISA

Lady Fitzherbert, viuda inglesa del siglo XVIII, asistía en compañía de unos amigos al teatro a ver la ópera del mendigo de John Gay, en 1782.

Al salir a escena el actor Bannister, vestido de forma rara, como exigía su papel, todo el teatro comenzó a reír. La viuda empezó a reírse de forma moderada, como el resto, pero de repente le entró un ataque de risa histérica, al no poder controlarlo se vio obligada a abandonar el teatro antes del segundo acto. Un día y medio después, todavía reía y falleció en su casa.

Otros personajes que murieron a causa de la risa fueron:

Quilón de Esparta, filósofo griego, que murió de alegría al ver a su hijo ganar una prueba en los Juegos Olímpicos.

El pintor griego Zeuxis, que empezó a reír al ver un retrato de una anciana que acababa de pintar, el ataque de risa le provocó la rotura de un vaso sanguíneo y murió por hemorragias internas.

Crisipo, filósofo griego que murió de un ataque de risa al ver como un burro se comía unos higos.

El escritor italiano Pietro Aretino, reía de un chiste picante que le había contado una de sus hermanas, cayó de la silla en que estaba sentado, murió de un ataque de apoplejía.