HISTORIA DEL WC

WC- En 1596, el ahijado de la reina Isabel I de Inglaterra, Jhon Harrington, inventó un retrete con depósito de agua corriente incorporado, el agua la soltaba quitando un tapón. Con este regalo pretendía volver a ganarse la confianza de la soberana, que le había desterrado de la corte por distribuir novelas eróticas.

Poco tiempo después no se le ocurrió otra cosa que publicar un libro; “La metamorfosis de Ajax”, en el que satirizaba sobre el retrete de la reina, esto hizo que volviera a ser expulsado de la corte. Este retrete cayó en desuso, al ser tomado a broma, y pensar que podría provocar fugas de agua, y si se generalizaba su uso provocar una grave sequía en el país.

En 1884, un hojalatero inglés, Thomas Crapper inventó un WC (water closet, armario de agua), que resultaba más práctico al evitar el derroche de agua. Incorporaba un tubo de comunicación en zigzag, que retenía el agua y también se evitaban los malos olores, mejorando el diseñado en 1775 por Alexander Cumming.

Desde entonces no ha cambiado mucho, unas cuantas mejoras, al que utilizamos en la actualidad.

PAPEL HIGIÉNICO- Joseph C. Gayetty, neoyorquino, lanzó al mercado en 1857 lo que llamó “Papel Medicado Gayetty”, así nació el papel higiénico, que consistía en hojas de papel manita sin blanquear, marcadas al agua con el apellido del inventor. No tuvo mucho éxito.

En Inglaterra, Walter Alcock, intentó lanzar su papel higiénico en 1879, en vez de fabricarlo en hojas sueltas, lo hizo en rollos de hojas para arrancar, separadas por líneas perforadas. Tampoco tuvo mucho éxito por culpa del puritanismo inglés que no veía bien exponer esos rollos en las estanterías de los comercios. Edward y Clarence Scott, hermanos estadounidenses, si que triunfaron con el papel higiénico gracias a una campaña publicitaria agresiva y eficaz, poniendo en marcha una marca que todavía hoy existe en el mercado.