LA MEDICINA EN ETRURIA

Los etruscos pensaban que la enfermedad era producida por causas sobrenaturales, por lo que los médicos, tras interrogar y observar al paciente, buscando señales o síntomas, prescribían la realización de exorcismos y oraciones.

También empleaban remedios naturales, aprovechando en ocasiones, la acción terapéutica del agua en sus manantiales de aguas calientes y medicinales. Los etruscos conocían el valor curativo de esta agua y muchos acudían a ellas para bañarse o beber de ellas. Estas aguas se recogían en grandes recipientes para que no faltase en la mesa de los ricos y los nobles.

También utilizaban los masajes, y practicaban la corrección e inmovilización de fracturas, llegando incluso a realizar operaciones quirúrgicas leves. Buena parte de su medicina era pura magia, y su efectividad dependía de la sugestión del paciente.

Varrón (filósofo romano), cita un curioso remedio para los pies:
El paciente debería cantar en ayunas 27 veces la siguiente invocación: “Tome la tierra la enfermedad, permanezca la salud en mis pies”, al tiempo que debía tocar el suelo y escupir.

En Etruria, según Teofrasto (filósofo griego) , abundaban las plantas medicinales. Según Varrón, en el monte Soracto, cerca de Falerios, un colegio o corporación de sacerdotes preparaban remedios contra la picadura de las serpientes y un anestésico.

Gracias al buen hacer de sus orfebres fueron unos excelentes fabricantes de dentaduras postizas, que sujetaban a la pieza sana con ganchos, anillas o finos hilos de oro.