RECETAS MÁGICAS EN LA EDAD MEDIA

PARA ALIVIAR LOS DOLORES DE PARTO- Tómense partes iguales de caracoles rojos y de romero, desmenuzándolos bien y metiéndolos por cuarenta días en estiércol de caballo, dentro de una cajita de plomo bien cerrada, se obtendrá un aceite que se pondrá en una vasija de barro bien tapada, exponiéndola inmediatamente al sol. Este aceite cura en poco tiempo los dolores.

También sirve para untárselo en el vientre y, en pocos días la piel se volverá lisa y tersa como si aún fueran doncellas.

PARA LOGRAR UN PARTO FELIZ- La lengua del camaleón atada sobre el vientre de una mujer que vaya de parto, hace que dé a luz sin sentir dolores. Otros dicen que se logra el mismo efecto presentando una víbora a la parturienta.

PARA HACER SALIR LOS DIENTES A LOS NIÑOS- Frótense las encías durante unos cuantos días, con sesos de liebre joven.

CONTRA LA TIÑA SARNOSA- Tómese un sapo grueso, échese en un puchero de barro vidriado, y bien tapado se deja 24 horas. Después se tendrá otro puchero de aceite hirviendo, se echa en él el sapo, se tapa y se pone a hervir a fuego lento hasta que el sapo se ha consumido y desmenuzado.
Cuélese este aceite y con él se untará en caliente la cabeza tiñosa, habiéndole cortado el pelo primero. Hecho esto, se cubrirá la cabeza con una vejiga de cerdo.

PARA CURAR EL DOLOR DE MUELAS Y EL CÓLICO- Para ello basta ahogar un topo y aplicar la mano que ha servido para ahogarle, al punto dolorido.